Entre Veracruz y Tabasco opera una red criminal dedicada al robo de combustible a Pemex. El negocio consiste en comprar los hidrocarburos a proveedores que 'ordeñan' los ductos de la estatal en precios que van de los 2.50 a los 4 pesos por litro para revenderlo más tarde en 17 pesos. Las filtraciones de correos de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), hechas hace un par de semanas por el grupo de hackers Guacamaya, relatan que el aparato de inteligencia mexicano ha seguido de cerca las actividades de la red para intentar diseccionar su estructura y lo ha fijado como uno de sus objetivos prioritarios en el sur del país.
Por el tamaño de los cargamentos, que suelen ser de cinco pipas, cada una con capacidad de 80,000 litros, la red recibe alrededor de un millón de pesos. Los comercializadores piden que las transacciones se hagan de manera inmediata y a través de depósitos bancarios –algunos de ellos vía una tarjeta de débito del banco BBVA–, según la información contenida en los correos electrónicos filtrados a los que ha tenido acceso Expansión.
Hoy, el principal mercado del combustible robado es Monterrey, Nuevo León, pero hay indicios de que la red criminal busca iniciar exportaciones de gasolina hacia Estados Unidos y de diésel hacia Arabia Saudita. De momento, según el seguimiento de las autoridades, esto solo está en planes.
El Centro Nacional de Fusión de Inteligencia (CENFI) ha denominado la investigación como ‘Caso Olmeca’ y la ha colocado como uno de sus seis prioridades a seguir en la región sur del país en conjunto con algunos otros en los que tiene tiene incidencia el Cartel Jalisco Nueva Generación.
Las fuerzas de inteligencia nacionales siguen a esta red desde abril pasado, según el historial de documentos. Hasta ahora han identificado las actividades de dos células criminales relacionadas entre sí, una de ellas operada por “El Yayo” o “El Tigre” y la otra por “El Gabo”.
"El Yayo" o "El Tigre", un hombre de apenas 30 años, se ha quedado a cargo de un negocio que hasta hace poco era manejado por su tío, conocido como “El Bombón”, a quienes los trabajos de investigación han identificado como un “empresario y líder de célula independiente de Tabasco” relacionado con el cártel Pura Gente Nueva –que hasta hace poco tenía una fuerte presencia en el sur– y que fue aprehendido en agosto del año pasado. Su sobrino es identificado por las autoridades por perforar ductos de la empresa estatal, manejar recursos de procedencia ilícita, cooptación de autoridades y liderar una red de halcones. Sus actividades, según los documentos, se concentran en Comalcalco, Huimanguillo y Cárdenas, Tabasco.
"El Gabo", un hombre que apenas rebasa los cuarenta años, es investigado por acciones similares, sumado a la coordinación de extracción de combustible. Sus puntos de acción están concentrados también en Cárdenas y Huimanguillo, sumado a Villahermosa, Tabasco, y la Tinaja, en Veracruz, una zona que funciona como punto de encuentro de carreteras federales y autopistas de cuota que conducen hacia los estados del sur del país.
Ambas células obtienen el combustible de dos principales proveedores de gasolina con operaciones en Tabasco y Veracruz: Eder García y “El Hammer”. Este último, dicen los documentos, contaría con una fuerte red de contactos en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), quienes le proveerían de una constante protección.
Las actividades seguidas por los elementos de inteligencia identifican en uno de los documentos seis puntos que servirían para la extracción y almacenamiento ilegal de hidrocarburos: tres sobre la carretera Villahermosa-Chetumal, uno más sobre la carretera Villahermosa-Coatzacoalcos, otro sitio sobre un camino de terracería entre las comunidades Los Naranjos y Río Seco, y en la batería de separación Íride de Pemex.
Los documentos también identifican como puntos de extracción ilegal de gasolina una macro pera de Pemex en Tabasco y las instalaciones de gas y petroquímica “El Castaño”, que tiene la compañía en Cárdenas, Veracruz. La extracción de gasolina comienza a las 6:00 de la tarde y se extiende hasta las 7:00 de la mañana.
El estacionamiento del hotel ‘El Viajero’ funciona, según las investigaciones, como área de resguardo de las pipas. En este lugar, ubicado en la carretera Costera del Golfo, en Cárdenas, Tabasco, los choferes esperan indicaciones para entrar al sitio en donde está una de las tomas clandestinas. Aquí mismo esperan la entrega de la documentación apócrifa utilizada para justificar la posesión del combustible ante las autoridades que podrían encontrarse en el camino para entregar el hidrocarburo.
La red criminal cuenta con una estructura logística para transportar el combustible hacia el norte del país, vía carretera y a través de pipas. La célula operada por "El Gabo", por ejemplo, cuenta con al menos 12 choferes, tres tractocamiones con capacidad para transportar 55,000 litros, dos tanques de almacenamiento con capacidad para 80,000 litros cada uno, así como un frac tank –tanque de acero– con capacidad para almacenar 80,000 litros, según la información contenida en los correos electrónicos filtrados.
La ruta de transporte del combustible no está bien descrita del todo, pero el servicio de inteligencia mexicano ha identificado que las pipas cargadas con gasolina atraviesan por las casetas de cobro de Acayucan y Totomoxtle, Papantla, en Veracruz.
Hasta ahora, el destino del combustible robado es el norte del país, pero los grupos han recibido manifestaciones de interés de clientes del sur, de Yucatán y Quintana Roo, y han entregado ya muestras de gasolina “verde” y “negra” para tratar de cerrar pedidos de clientes que buscan comprar hasta 2 millones de litros semanales de combustibles.
Los documentos revelan un interés de la organización por aumentar su estructura de actividades. La red dedicada al robo de combustible, según un seguimiento hasta agosto de este año, ha recibido ofertas para enviar la gasolina robada hacia Estados Unidos, a través de un empresario en la Ciudad de México que cuenta con permisos para exportar al extranjero, pero de quien no sé revela más información, y para llevar diésel hacia Arabia Saudita. Esta última operación, según los documentos, tuvo que ser pausada.
Entre sobornos y 'derechos de piso'
Para todos los movimientos, cuentan con la protección de personal del gobierno, quienes les brindarían documentación apócrifa para justificar el trasiego del combustible y avisos de manera oportuna sobre los operativos iniciados por la Secretaría de Marina y del Ejército. Cuando estos se llevan a cabo, los grupos encierran sus pipas y detienen todo el movimiento hasta que estos terminan.
Los integrantes de las organizaciones mantienen activamente reuniones con personal de Pemex, de la Fiscalía General de la República y de la Guardia Nacional. Un seguimiento a los grupos, de entre julio y agosto, informan de la existencia –o al menos planeación– de dos de ellas.
Los documentos relatan que una parte del personal de seguridad de Pemex, a quienes denominan como “los espejos”, no se han prestado a arreglos y que las organizaciones han planteado su detención.
Las filtraciones dan cuenta de una estructura de operación parecida a la de una organización empresarial: con apoderados legales, proveedores y distribuidores de hidrocarburos y gestores con agentes gubernamentales, que incluyen a funcionarios de seguridad de la estatal Pemex, agentes de la Guardia Nacional, de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, funcionarios de la petrolera y directores de la Administración Portuaria Integral. En el seguimiento, el grupo de inteligencia incluso menciona la participación de “un secretario de arriba” quien recibiría depósitos de la red y habría dado protección a través de la vinculación con funcionarios de la SEIDO en Tabasco, de quienes no se revela más información.
Y las células dedicadas al hurto de gasolinas, al que los documentos denominan como ‘grupo independiente de tráfico de hidrocarburos’, tienen una relación más allá de funcionarios gubernamentales. Los grupos deben reportar sus actividades a una fracción del Cártel Jalisco Nueva Generación que opera entre Tabasco y Veracruz. Los informes dan cuenta de amenazas de muerte hacia algunos de los integrantes y depósitos hacia el grupo dedicado en su mayoría al narcotráfico.
El seguimiento del aparato de inteligencia mexicano ha sumado esfuerzos en un tema clave del discurso presidencial: el combate a robo de combustibles se ha fijado como uno de los puntos fuertes de la estrategia para salvar a la petrolera de una crisis financiera que se ha alargado, pese al panorama mundial que ha traído un buen momento para las empresas energéticas.
Desde la presidencia el combate al huachicol ha sido dibujado como una estrategia exitosa, pero los números de la estatal Pemex muestran un panorama distinto: en el segundo trimestre del año, la estatal registró el robo de 6,500 barriles diarios de gasolina frente a 4,200 barriles de un año antes. Las pérdidas muestran un panorama más desalentador: la compañía perdió 5,629 millones de pesos en solo tres meses.
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