Al menos 15 municipios concentran la presión migratoria irregular de las personas extranjeras que buscan atravesar el país para llegar a Estados Unidos, muchos de ellos venezolanos.
De acuerdo con la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob), principalmente las zonas sur y norte son las que tienen mayor cantidad de flujo, pues es donde también se captura a más personas con estancia irregular.
En el norte del país, Mexicali y Tijuana, en Baja California; Hermosillo, Sonora, y Reynosa, Tamaulipas, son los municipios con mayor presencia de migrantes; le siguen Ciudad Juárez, Chihuahua; Piedras Negras, Coahuila, y Apodaca, Nuevo León.
En el sur del país, Huixtla, Palenque, Suchiate, Tapachula y Tuxtla Gutiérrez, en Chiapas, además de Huimanguillo, Tabasco, y Acayucan, Veracruz, registran más cantidad de personas.
A la lista se suma Iztapalapa, en la Ciudad de México, que también comienza a resentir la oleada de migrantes.
José María Ramos, investigador de El Colegio de la Frontera Norte (Colef), aseguró que el país vive una crisis migratoria grave, principalmente por el aumento de personas de Venezuela, que impactan algunos lugares como la Ciudad de México.
“Sí es una crisis migratoria y una fuerte presión para el país, sobre todo por los venezolanos que comenzaron a aumentar sus llegadas. En las fronteras norte y sur hay mucha gente buscando llegar a Estados Unidos, pero por las restricciones en ese país deciden permanecer aquí”, dijo.
Detalló que la ola sudamericana está superando a los migrantes del triángulo norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) y el panorama para los siguientes meses “no es nada alentador”, pues se espera que siga llegando una mayor cantidad de personas de esa parte del continente.
“Hay una mayor movilidad por muchos factores, pero de ellos, los de Venezuela son 60 por ciento. Además, su plan es ya quedarse en México por lo mientras, ya que desean llegar al vecino del norte, donde hay más oportunidades”, destacó.
Comentó que también se vive una crisis humanitaria, en caso de que a la gente que se quede en el país no se les den oportunidades de trabajo y desarrollo, pues el convenio que México hizo es para atenderlos y no abandonarlos.
En opinión de Ana Saiz Valenzuela, directora de Sin Fronteras, la situación no sólo es grave en Venezuela, sino también en varios países de Centro y Sudamérica, pues hay un cúmulo de problemas de falta de desarrollo que impactan directamente en el país.
“Lo que hemos detectado es que los migrantes traen una tarjeta u oficio de salida (de México) de siete días, y eso no es una solución para las personas; entonces, no tiene lógica que México los esté recibiendo si no hay una atención, no es realista. ¿A dónde se van a ir si no los aceptan en México?”, destacó la experta.
Aseveró que los migrantes no pueden ser devueltos a sus países de origen, ya que requieren de protección urgente de las autoridades; además, al llegar a territorio mexicano no tienen, de entrada, apoyos para quedarse, como alimentación, servicios sanitarios o empleos.
“Siendo realistas, lo que necesita hacer el Instituto Nacional de Migración es darles visas humanitarias a todos los que requieran. Tener 200 mil personas en el país no es un problema y las autoridades buscan resolver el problema a la brevedad con permisos de estancia de siete días; eso no resuelve nada”, destacó.
La cantidad de personas que llegan al país no es un problema, dijo la especialista, pues lo que desborda el sistema son los permisos breves que obligan a la gente a regresar en varias ocasiones a México.