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De enero hasta la primera semana de octubre del 2022, el país registró 16 mil 157 casos de tumor maligno de mama tanto en hombres como en mujeres, lo que se traduce en un incremento del 29.4 por ciento en comparación con lo que se reportó durante el periodo similar del año pasado.
Datos de la Secretaría de Salud arrojan que, durante una cantidad de semanas igual, en México hubo 12 mil 483 registros en el 2021, de los cuales 241 fueron en personas del sexo masculino y 12 mil 242, del femenino.
Para este año, los casos ascendieron a 322 y 15 mil 835, respectivamente, representando así un aumento de 33.6 y 29.3 por ciento.
Por distribución geográfica, las entidades federativas que registran las estadísticas más elevadas en lo que va del año son la Ciudad de México, con dos mil 705 casos de tumor maligno de mama, seguido por Jalisco, con dos mil 238; Veracruz, con mil 522, y el Estado de México, con mil 114.
Karla Unger, doctora en ciencias de la salud por la UNAM, explicó que este padecimiento se origina con la mutación de material genético de las células, lo que ocasiona que éstas continúen multiplicándose cuando ya no deben hacerlo, y el tejido excedente da origen a los tumores palpables en las mamas.
Expuso que factores como el consumo de alcohol y tabaco, el sobrepeso, sedentarismo, pero también aquellos de carácter hereditario, son algunos de los principales que detonan el cáncer de mama.
En entrevista, el especialista Gerardo Gorostizaga afirmó que la baja actividad física registrada en los últimos dos años a causa de la pandemia es uno de los “detonadores” de este incremento en las estadísticas.
En el caso particular de los hombres, destacó que una de las causas principales es la obesidad, pues el tejido adiposo produce mayor cantidad de estrógeno y esto desencadena el crecimiento de las glándulas mamarias.
“Habitualmente los hombres no le prestan mucha atención. No le dan importancia hasta que comienzan a ver cambios en la piel, secreción y dolor”, destacó.
Durante una visita ayer a la Cámara de Diputados, Luis Herrera Montalvo, director del Instituto Nacional de Medicina Genómica, enfatizó la necesidad de trabajar por la prevención de esta enfermedad.
Señaló que, con la implementación de la Estrategia de Vigilancia Anticipada (EVA), que arrancó en mayo pasado, en cerca del 30 por ciento de las personas que han ido a consulta, se identificó posible riesgo genético a desarrollar cáncer de mama.
De éstas, el 21 por ciento es portador de mutaciones, que hacen a las personas susceptibles de desarrollar un tumor de mama u ovario. De este sector, resaltó que la mitad aún no tiene ninguna sintomatología de cáncer.
Gabriela Echeverría, portadora de una mutación y quien ya ha padecido cáncer de mama y recientemente reincidió, aseguró que hacer frente a esta enfermedad no ha sido tan duro para ella como el saber que su hija tiene altas posibilidades de también desarrollar este padecimiento.
“Hace dos semanas le dijeron que es positiva. Mi hija de 20 años tiene más de un 80 por ciento de riesgo de padecer cáncer de mama y de ovario. Ya pasé por eso, ya me quitaron los dos senos, ya me quitaron los ovarios, ya tuve 45 radiaciones, ocho quimioterapias; llevo más de siete años con tratamiento de bloqueo hormonal que, créame, es casi lo peor. Pero saber esto (el diagnóstico para su hija) ha sido lo más duro de todo este proceso”, afirmó Echeverría.
