El pasado 15 de octubre, un río de cuatro mil litros de combustóleo se dirigió peligrosamente hacia el Mar de Cortés, tras salir a borbotones por la fisura de un ducto subterráneo de la Central Termoeléctrica Punta Prieta, en la capital del estado de Baja California Sur.
El combustóleo es un desecho de la refinación del petróleo, que se quema indiscriminadamente para producir luz en esta planta de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Sarahí Gómez, coordinadora de Investigación de la oficina Noroeste del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), explicó que al momento de la quema del combustóleo, se liberan a la atmósfera gases como el óxido de nitrógeno, el dióxido de azufre y el dióxido de carbono, que pueden representar graves riesgos a la salud humana.
El costo ambiental y para la salud pública es enorme, ya que las dos terceras partes del año la quema de combustóleo genera una nube tóxica que emerge de las chimeneas de Punta Prieta y se interna a la zona urbana de La Paz, según el monitoreo de la calidad del aire que realiza el Centro de Energía Renovable y Calidad Ambiental (CERCA).
“Estos incidentes no son hechos aislados, ¿por qué suceden?, porque tenemos una central de generación de electricidad que data de los años 80, pero además de eso, la planta quedó ya en medio de los centros urbanos”, advirtió Jacqueline Valenzuela, directora ejecutiva de CERCA.
Aunque en esta ocasión aparentemente el derrame de combustóleo no pasó a mayores, ciudadanos, organizaciones de la sociedad civil y científicos como Alfredo Bermúdez, profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), pugnan porque el estado sea el laboratorio de México para virar hacia una matriz energética más limpia.
“Más que las enormes reducciones que Baja California Sur podría aportar, porque es un estado pequeño, lo que sí puede valer mucho es la posibilidad de obtener lecciones, aprender de este lugar, para que lo que salga de aquí pueda aplicarse al resto del país”, indicó.
El doctor experto en energías renovables destacó que la riqueza del estado permite impulsar proyectos de energía eólica y solar, que son las más conocidas, pero también aprovechar el potencial de la energía generada por el mar, principalmente en Puerto San Carlos municipio de Comondú o más hacia el norte en el Alto Golfo de California.
“El estado de Baja California Sur está rodeado por agua de mar, es el estado con el litoral más extenso del país, tenemos entre una quinta y una cuarta parte de los litorales de México, entonces agua de mar hay en cualquier dirección prácticamente”, manifestó.
La idea es aprovechar que la entidad es prácticamente una isla energética, porque no está conectada a la red eléctrica nacional, y los posibles ensayos no afectarían el suministro en otras partes de la República Mexicana, secundó la directora ejecutiva de CERCA.
“Esta parte no explorada podría ser una de las tecnologías que podrían componer un mix energético, para un sistema aislado como lo es Baja California Sur y dar más opciones para la generación de luz”, apuntó Jacqueline Valenzuela.
Mareomotriz
Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica, explicó que la fuerza del mar ofrece distintas opciones para generar electricidad.
“Hay diferentes formas de producir energía en el mar, la cual es considerada como renovable, ya sea por corrientes, por oleaje, por diferencia de temperatura o por diferencia de salinidad”, detalló.
El maestro en Ciencias subrayó que la energía mareomotriz no es nueva, ya que la planta más antigua de luz generada por mareas se
inauguró en Francia en 1966 y recientemente en Corea del Sur, se puso en marcha el proyecto de energía producida por el mar de mayor alcance a nivel global.
La central eléctrica mareomotriz de Sihwa tiene una capacidad de generación de 254 mil kilovatios al día, lo que podría reducir el consumo de petróleo en 860 mil barriles anuales en Corea del Sur, y evitar la emisión de 320 mil toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera.
“Es el proyecto más grande a nivel mundial y suministra energía de manera ininterrumpida a medio millón de hogares”, reveló Alejandro Olivera.
COP27
A propósito de la Cumbre de Cambio Climático que actualmente se desarrolla en Egipto, México podría alcanzar, con la energía mareomotriz, la meta de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a la que se comprometió para el año 2030, resaltó Sarahí Gómez, coordinadora de Investigación de Cemda Noroeste.
“Nuestro país firmó en París el compromiso de reducción de 22% de gases de efecto invernadero para el 2030 y de 50% para el año 2050; ya tendría que estarse fortaleciendo la política pública justamente para poder alcanzar estas metas, porque lo que se está haciendo actualmente no es suficiente”, advirtió.
Según datos disponibles de la Secretaría de Energía (Sener), en 2020, México tenía la capacidad instalada para generar electricidad a través de energías renovables hasta en 31 por ciento.
En geotermia 1.2%, nuclear 2.0%, solar 4.3%, eólica 7.5%, hidroeléctrica 16% y nada de mareomotriz, lo cual habla del potencial que hay en México sobre el tema.