La pesca furtiva es un mal que persiste en la zona norte de Veracruz, donde pescadores organizados y los llamados libres operan sin ningún tipo restricción, con redes prohibidas que prácticamente amenazan a la fauna, disminuyendo la capacidad de capturas de quienes de forma reglamentada realizan esta actividad, de la que dependen económicamente unas 15 mil familias.
Se trata de la laguna de Pueblo Viejo y la laguna de Tamiahua, los vasos lacustres más importantes para la pesquería en la zona norte de Veracruz, donde durante décadas pescadores informales se han dedicado a explotar los recursos de escama y marisco con el uso de redes prohibidas por las autoridades.
“Es evidente el disimulo, nada hacen las autoridades para contrarrestar este mal", dijo Manuel Juárez Pérez, pescador en el municipio de Pueblo Viejo.
Pescadores de 9 municipios colindan con ríos y lagunas
Pescadores de 9 municipios que colindan con estos vasos lacustres, señalan que las autoridades se han mantenido indiferentes ante este brutal saqueo que han efectuado por décadas pescadores furtivos con el uso de las redes de arrastre y mallas fuera de norma, dijo el pescador Ezequiel Martínez Ramírez, con más de 30 años en el oficio.
Dijo que desde hace más de 25 años comenzó a notarse una disminución en la captura de las especies que se reproducen en estos vasos lacustres, tanto en la cantidad como en el tamaño, debido al exterminio que poco a poco han venido realizando los pescadores furtivos que con toda impunidad han operado en la laguna de Tamiahua.
Redes prohibidas exterminan la fauna y el ecosistema
El uso de ilegales redes de arrastre están exterminando la fauna y el ecosistema en estos vasos lacustres, convirtiéndolo en un desierto, ya que destruye el ecosistema marino, además que captura especies como peces, cangrejos y jaibas, que por su pequeño tamaño no son utilizables, y que son arrojadas muertas por toneladas a la laguna, lo que considera pescadores formales como una barbarie económica.
La queja los pescadores organizados es que las vedas impuestas, con fines de reproducción y preservación del camarón solo beneficia a pescadores furtivos, que hacen de las suyas durante esta restricción, al capturar crustáceo a placer y con el uso de redes prohibidas, al amparo de la nula vigilancia de las autoridades correspondientes.
Pescadores como Josué Pérez Cruz, Ramón Villa Meza, y Jesús Santiago Olguín, de Cucharas, La Ribera y Pueblo Viejo, señalan que "nosotros estamos sujetos a graves multas y sanciones por infringir las reglas de las vedas y los furtivos, de forma alevosa aprovechan el período para capturar el crustáceo a placer dañando el ciclo reproductor de forma muy grave."