El anuncio de que México enviará al gobierno de China pruebas del envío ilegal de fentanilo desde ese país tras el aseguramiento de un embarque cargado con esa sustancia en Michoacán, abre un frente de confrontación innecesario que pone en riesgo las relaciones diplomáticas de los países, señalan expertos en seguridad e internacionalistas.
Al respecto, aseguran que aunque no hay un riesgo de fractura o distanciamiento, el país asiático, al ser un poder en ascenso, busca que no haya desprestigio a nivel internacional, por lo que este dicho es incómodo, poco agradable y pone presión en su imagen ante el mundo.
“Es importante señalar que China ya ha tenido una responsabilidad a nivel global muy amplia no sólo en la lucha contra las drogas, también durante la pandemia. Si bien es poco probable que haya un distanciamiento, es innecesario asegurar algo así, dice Tonatiuh Fierro, maestro de Estudios de Asia y África por El Colegio de México.
Señala que hay que darle una perspectiva mucho más amplia, más allá de la coyuntura y analizar la situación de tensión y de conflicto político entre Estados Unidos y China antes de hacer esta clase de señalamientos que el propio Presidente hizo.
“México debe de asumir una estrategia de política exterior mucho más amplia con temas muy específicos, como es la lucha contra estos opioides sintéticos, no sólo el fentanilo, sino con otros que ya se están produciendo y deben buscar espacios de acción en la relación que tiene con China, porque el acercamiento que ha tenido México con ese país no ha sido el mejor”, manifiesta.
Sobre esta línea, Arlene Ramírez Uresti, maestra con especialidad en Terrorismo por la Universidad de Norwich, explica que tanto para Estados Unidos como para otros países del mundo el tema del narcotráfico, la lucha contra el crimen organizado y el tráfico de armas es un tema de seguridad global que involucra la agenda de política exterior de todos los países implicados, por lo que debe ser tratado con sumo cuidado.
“Este es un tema que se debe tratar con precisión, seriedad y por las vías adecuadas al ser temas de crimen organizado trasnacional, que involucran a la agenda de política exterior, por lo que este no es el medio, ni la forma de abordar o resolver.
“La forma en que el Presidente presenta la noticia en su conferencia mañanera y luego una posible solución a través del envío de una carta sólo abona a la especulación mediática, a la idea de que se está haciendo algo, pero no resuelve y no tiene fondo”, explica.
A decir de Arlene Ramírez Uresti, la poca seriedad con la que se presentó la información de un tema tan complejo que involucra la seguridad nacional de ambos países y de Estados Unidos, obedece a la evasión de responsabilidad del gobierno mexicano ante la carencia de una política clara y contundente de lucha contra la comercialización del fentanilo.
Explica que de acuerdo con el Derecho Internacional y la Convención de Viena, Andrés Manuel López Obrador debió instruir a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), y ésta a la Embajada de China en México, a hacer llegar un documento al gobierno de China por su canal diplomático.
“Esto no ocurre entre ambos presidentes, como se dice, sino a través de la embajada y que ésta le transmita a su gobierno que instruya a México a abrir el canal de comunicación entre ministerios y homólogos”, desmenuza sobre la forma correcta de tratar el aseguramiento del contenedor.
Más allá de un posible desacuerdo entre ambos países, indica que es importante dirigir la mirada a que ha quedado al descubierto que las instituciones de seguridad de México y el gobierno federal, aun con las capacidades de inteligencia que presumen, no han sido capaces de crear políticas públicas adecuadas para luchar de manera frontal contra el tráfico de este opioide.
David Saucedo, especialista en seguridad pública, dice que este anuncio no tendrá ningún efecto, pero fortalecerá la narrativa del país del norte sobre que China produce e importa fentanilo, lo que abonará al golpeteo político hacia el oriente. “Lo que hace este anuncio es alinear al Presidente a la estrategia de ataque y golpeteo de Estados Unidos a China”.