La implementación de acciones en territorio y de manera directa a cada sujeto de derecho, a través de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), ha permitido que cerca de 94 mil habitantes de las huastecas Alta y Baja dejaran atrás las condiciones de pobreza y marginación en los últimos cinco años.
Durante esta semana, la población de Álamo, Chinampa de Gorostiza, Espinal, Papantla y Coyutla recibió los programas de Mejoramiento a la Vivienda e Infraestructura Social Básica, Mujeres Emprendedoras, Módulos hacia la Autosuficiencia Alimentaria y el Protocolo de Atención a personas en situación de vulnerabilidad.
De 2019 a la fecha, el impacto en los cinco municipios es de 12 mil 699 beneficiarios con una inversión de 93 millones 151 mil pesos, mientras que ambas regiones alcanzan los 434 millones 870 mil en la construcción de cuartos-dormitorio, baños con biodigestor, estufas ecológicas, techos, muros y pisos firmes, además de la conformación de módulos comunitarios de agua purificada y huertos infantiles.
En Álamo, Guadalupe González Cerecedo y Margarita Hernández Martínez, dedicadas a la repostería y el bordado artesanal, han podido impulsar los estudios profesionales de sus hijos desde sus respectivos emprendimientos.
“Los Sembradores de SEDESOL nos encuestaron, vieron nuestras necesidades y se nos otorgó el apoyo; en poco tiempo tuvimos respuesta. Es de mucha ayuda, ya que con esto compramos los utensilios e ingredientes. Mi hija está en la universidad y vamos saliendo adelante”, narró la primera de ellas.
Gloria Esther Diego Hernández, de la comunidad Sombrerete, forma parte de un grupo de 12 mujeres que contribuyen a la economía familiar, pero también a su bienestar y buena alimentación mediante el cultivo de hortalizas. “Aquí cosechamos epazote, hierbabuena y xonacate que no sólo vendemos, también es para el autoconsumo”.
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