Enrique Rustrián Villanueva, Consejero de la Cámara Nacional del autotransporte de carga (CANACAR), hizo un llamado urgente a cambiar la estrategia federal del combate a la inseguridad, argumentando que los ciudadanos son los que reciben los balazos mientras los delincuentes son “abrazados”.
Esto ante la reciente declaración de la candidata a la primera formula al senado de la República, la morenista Claudia Tello, quien sugirió que antes la situación estaba peor. Rustrián Villanueva reconoce que la problemática de la inseguridad no es nueva, pero hasta ahora ningún gobierno ha logrado frenarla efectivamente.
Por el contrario, lo que se destaca es el cinismo de la aspirante a senadora para tratar de evadir la responsabilidad del gobierno morenista que ella representa, y que ya Ha tenido seis años para solucionar el problema y sólo se han visto rebasados.
El consejero de Canacar puso el ejemplo de la zona de las cumbres de Maltrata, donde dijo que la vigilancia es insuficiente, con escasas patrullas y ausentes en determinados horarios, lo que permite que los delincuentes aprovechen para actuar con toda impunidad.
Propuso que la vigilancia sea constante y programada, con al menos de tres patrullas cada 100 kilómetros, ya que actualmente solo hay una patrulla cada 200 kilómetros. Además, destaca la necesidad incrementar el recurso destinado a patrullas y personal policiaco.
Rustrían Villanueva enfatizó la gravedad de la situación actual, donde la delincuencia opera sin restricciones, afectando a cualquier persona en cualquier momento. En ese sentido pidió a los transportistas y a la sociedad en general exigir a las autoridades que cumplan con su deber de garantizar La seguridad ciudadana. Subrayo la importancia de que los ciudadanos se unan y exijan seguridad de manera activa, en lugar de limitarse a quejarse en cafés, o en redes sociales.
Señaló que es crucial demandar a todos los candidatos medidas concretas para tratar el tema de la inseguridad, especialmente en el contexto electoral actual. Dejó en claro la preocupación y la frustración de los ciudadanos y transportistas ante la persistente inseguridad en las carreteras, y resalta la necesidad imperante de un cambio en la estrategia gubernamental para enfrentar este desafío.
