A dos días de haber iniciado la huelga de hambre en la plaza Lerdo de esta capital, el profesor pensionado Juan Moctezuma López se mantiene firme en su postura y asegura que solo la levantará hasta que le sea cubierto en su totalidad el seguro de vida institucional.
Pero que este no sea en "paguitos", sino en una sola emisión.
Con huellas del cansancio que le ha provocado el ayuno de dos días, precisó que su exigencia se deriva porque en infinidad de ocasiones en los que se ha manifestado para exigir este pago, solo le han dado promesas de fechas que no se cumplen y así han pasado más de diez años.
Mencionó que para que se le agilizara el pago, tuvo que dejar la ciudad y puerto de Tuxpan, dónde fue el último lugar donde radicó y para agilizar su pago se trasladó a Xalapa. Para afrontar los gastos de sus necesidades tuvo que emplearse de cerillo en un supermercado capitalino, pues lo que recibe de pensión, es insuficiente para sufragar los gastos de renta de la vivienda, alimentación y de los servicios educativos de sus hijos, dos de ellos menores de edad y dos en estudios de educación media superior.
Agregó Además por intervenciones quirúrgicas de columna vertebral y apéndice que se le practicaron, le impiden laborar en otras actividades, por lo que el de “cerillo” apenas le da para subsistir diariamente.
Lamentó que las autoridades gubernamentales sean omisas y displicentes, al no considerar su caso y la actitud de burla, como las calificó, son cada vez más evidentes, al traerlo de vuelta en vuelta y no resolverle su problema. Recordó que la última manifestación realizada en enero pasado le prometieron pagarle el seguro de vida institucional a más tardar en febrero, paso ese mes y llegó marzo y no se cumplió.
Por ello, fue que decidió hacer la huelga de hambre para presionar a las autoridades correspondientes a que cumplan con el pago solicitado, responsabilizando al gobierno estatal de cualquier que pudiera sufrir su integridad física, de la que por el ayuno que ha mantenido de un día, los estragos ya lo resiente, al solo tener en su organismo medio litro de agua, que es lo único que ha bebido en lo que va de su huelga de hambre.
"No levantaré mi huelga de hambre hasta que la SEV me pague el finiquito de mi seguro de vida institucional, el cual no llega ni a 400 mil pesos, y refiere que no es protagonismo lo que busca, sino que su exigencia estriba porque es periodo electoral y al terminar este, se olvidaran de él y de su caso, pero sobre todo que el pago sea en una sola emisión.”
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