Con una soberbia acctuación de Oribe Peralta, México se clasificó a la Final del futbol varonil en los Juegos Panamericanos tras vencer a Costa Rica
Deportes
- 2011-10-26
Ambos se fundieron en un sincero abrazo justo antes de ingresar al túnel que lleva al vestuario. Luis Fernando Tena y Oribe Peralta son cómplices silenciosos, baluartes en el Tricolor más criticado, ese que ya aseguró una medalla en los XVI Juegos Panamericanos.
Lo debe, en buena parte, a la contundencia del "Cepillo" y esa fe ciega, inexplicable para algunos, pero justificada con seis goles en el torneo, que el "Flaco" siempre le tuvo.
Por eso se felicitaron mutuamente. Resistieron el huracán de cuestionamientos y ahora están a un partido de colgarse la anhelada y exigida presea áurea continental, logro que el Tricolor Varonil no obtiene desde Winnipeg 1999.
La ilusión está más viva que nunca gracias a un grupo de chicos hambrientos de gloria y revancha personal, reforzados por tres hombres experimentados y con el liderazgo como parte esencial de su ADN. Ninguno como el ariete del Santos Laguna, quien lo mismo corre que da servicios o finaliza las jugadas. Con la misma actitud de siempre, con trucos nuevos por mostrar.
El de ayer fue un implacable zurdazo (19'). Gol digno de museo, suficiente para noquear a la ruda selección de Costa Rica, cuyas principales armas fueron la rudeza e intimidación. Futbol, a cuenta gotas.
Desenvolvimiento contrastante con el de Oribe, quien presumió todos sus recursos frente al marco enemigo. De antología, con más suerte y fuerza que otra cosa o con la cabeza. Auténtica colección de definiciones.
Cuando los ticos intentaron reaccionar, ya bailaban al compás de los acordes dictados por el "Cepillo" y el resto de sus compañeros. Les alcanzó para generar un par de peligrosas acciones, contenidas por el atinado José de Jesús Corona.
Tarde de reivindicación colectiva. El "Flaco" por fin gozó de cierta tranquilidad en el banquillo. Su equipo liquidó al adversario durante la primera mitad, esa en la que Peralta resultó incontenible para los potentes, aunque lentos zagueros centroamericanos.
No les quedó de otra más que intentar frenarlo con patadas. Tuvieron la venia del árbitro hondureño Erick Andino... Hasta que la presión colectiva lo obligó a disparar algunas tarjetas amarillas.
Histórica actuación del hombre gol tricolor. Su "hat-trick" le permitió consolidarse como el máximo romperredes en la justa y lo encumbró como el primer futbolista mexicano que firma anotaciones en cuatro juegos consecutivos dentro de unos Panamericanos.
Con base en goles ha mostrado por qué Tena cree tanto en él. Aún con el juego definido y el riesgo de sufrir alguna dura entrada, se le mantuvo sobre el pasto sintético del estadio Omnilife. Luis Fernando quería que jugara completo el partido de su vida, ese que le ha permitido al Tricolor asegurarse un sitio en el podio de la "Fiesta de América".
Por eso se abrazaron tan efusivamente. La mitad de la misión se cumplió. Restan 90 minutos, a todo o nada, con el oro como premio y un "Cepillo" transformado en cristalizador de sueños.