El gobierno de Assad asegura que el país está tranquilo
Internacionales
- 2011-03-26
Las protestas se extendieron ayer en Siria, desafiando el poder de la familia Assad, después de que las fuerzas armadas mataran a decenas de manifestantes en el sur.
En la localidad de Daraa, en el sur del país, donde las revueltas llevan ya una semana, los disparos y los gases lacrimógenos disolvieron a una multitud de miles de personas después de que algunas de ellas prendieran fuego a la estatua del difunto presidente Hafez al Assad, cuyo hijo, Bashar, le sucedió a su muerte, en el 2000.
La televisora Al-Jazeera difundió comentarios de un hombre que dijo que las fuerzas de seguridad mataron ayer a 20 personas n la localidad cercana de Sanamein. En Hama, en el centro del país, donde Assad padre sofocó una revuelta islamista en 1982 con el costo de muchos miles de vidas, los residentes dijeron que el pueblo salió a la calle tras las oraciones del viernes cantando “¡La libertad vibra!”, un eslogan escuchado en las revueltas que han sacudido al resto del mundo árabe. El mismo lema se escuchó anteriormente en las procesiones funerarias en Daraa por algunos de los al menos 37 muertos del miércoles, cuando los agentes de seguridad atacaron a grupos prodemocracia en una mezquita. En total, se ha informado de 44 muertes en la última semana sólo en esta localidad.
La organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) consideró verdaderos los informes de la oposición siria acerca de decenas de manifestantes muertos en manos de la policía en el sur del país y afirma que cuenta con una lista de 55 víctimas. AI informó ayer que la lista fue proporcionada por organizaciones y contactos confiables. Se trata de opositores del gobierno que fueron víctimas, tan sólo en la jornada del viernes, de la violencia policial en Daraa.
De acuerdo con fuentes de la disidencia siria, opositores al régimen fueron asesinados a tiros por las fuerzas de seguridad. El gobierno sirio, en cambio, informó que la situación en el país se mantiene tranquila.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió al presidente Assad que las autoridades del país respeten los derechos fundamentales del pueblo y que actúen con contención.
Violencia en Jordania
Mientras tanto, dos simpatizantes de la oposición murieron y unos 100 más resultaron heridos cuando la policía jordana dispersó una manifestación en el centro de Ammán, informaron activistas del movimiento opositor.
En declaraciones a la televisión local, el primer ministro jordano Marouf al-Bakhit acusó a los grupos islamistas de oposición de los “inaceptables” enfrentamientos y advirtió que son “el principio del caos”. Además, dijo que habrá graves consecuencias si se repiten este tipo de episodios.
En Saná, el presidente de Yemen, Alí Abdullah Saleh, afirmó ayer estar listo para entregar el poder a fin de evitar un baño de sangre en el país, pero aseguró que sólo lo entregará a “manos seguras, no a conspiradores”.
Saleh apareció durante una gran concentración de sus seguidores en la plaza Sabeen en Saná, mientras miles de manifestantes —que demandan su renuncia y reformas políticas— marcharon también en la capital yemenita, pero en otro punto de la ciudad.