A unas horas de celebrar la misa de Nochebuena, el pontífice se unió a varios cientos de personas que en la plaza participaron del acto de develación del pesebre navideño
Internacionales
- 2011-12-24
El Papa Benedicto XVI encendió hoy una "candela de la paz" desde la ventana de su estudio personal en el Palacio Apostólico del Vaticano, y con ella iluminó simbólicamente el nacimiento gigante en la Plaza de San Pedro.
A unas horas de celebrar la misa de Nochebuena, el pontífice se unió a varios cientos de personas que en la plaza participaron del acto de develación del pesebre navideño, cuyo espacio principal muestra a Jesús, José y María en una cueva.
Entre villancicos populares italianos e internacionales los presentes pudieron admirar no sólo la gruta, sino también otras tres escenas con la Virgen como protagonista: el encuentro con la prima Isabel, la anunciación y el encuentro con el santo anciano Simeón en el templo.
Cada uno de estos pasajes fue reproducido en una parte del nacimiento, el cual se puede observar desde los cuatro lados, casi en un giro en torno al obelisco ubicado en el centro de la plaza vaticana.
La animación musical del acto corrió a cargo de la orquesta popular del Auditorio Parque de la Música de Roma, dirigida por el maestro Ambrosio Sparagna, mientras un coro de niños y adultos entonó cánticos en los dialectos propios de diversas regiones italianas.
Las melodías fueron introducidas por el poeta Davide Rondoni. Además se ejecutaron algunos de los villancicos internacionales más famosos y uno en alemán, especialmente dedicado a Benedicto XVI.
Tras los cánticos y un momento de oración presidido por el arcipreste de la Basílica de San Pedro, el cardenal Angelo Comastri, el acto fue concluido por la bendición del Papa, quien encendió una candela, como gesto de paz.
El nacimiento del Vaticano es conocido como uno de los más grandes del mundo; desde hace 30 años -cuando fue colocado por primera vez- se ha convertido en una de las atracciones romanas más visitadas en las fiestas decembrinas.
En 1982 el hoy extinto Papa Juan Pablo II decidió que el centro del catolicismo mundial fuese adornado con estatuas de grandes dimensiones además de un tradicional árbol navideño.
Las figuras son cada año las mismas, provienen de la Basílica de San Andrés del Valle en la capital italiana y su tamaño es natural. Son nueve incluyendo José, María, el niño, los Reyes Magos y animales.
También se ha convertido en una costumbre la participación de algún pueblo de Italia o extranjero (ya lo hizo Filipinas, por ejemplo) que aporte imágenes adicionales y algún adorno particular a esta formación.
Como cada año el 31 de diciembre el Papa Benedicto XVI visitará tanto el árbol como el pesebre y dedicará unos momentos a la oración ante ellos.