+ Aunque han pasado más de tres semanas desde el terremoto, alrededor de 164 mil personas todavía permanecen en centros de evacuación
Internacionales
- 2011-04-03
La peor crisis nuclear en el mundo desde Chernobil podría aún durar meses, reconoció Goshi Hosono, consejero del Primer Ministro japonés Naoto Kan, mientras ingenieros intentaban sellar una grieta en un reactor dañado.
"Serán necesarios, probablemente, varios meses para detener las fugas radiactivas (...) El mayor desafío son las alrededor de 10 mil barras de combustible usado, cuya retirada llevará mucho tiempo", dijo Hosono en una entrevista en la televisión Fuji TV.
La prioridad de los empleados de Tepco es restablecer la alimentación eléctrica para que funcionen los circuitos de refrigeración de los cuatro reactores dañados. Los reactores 5 y 6 se salvaron de la catástrofe.
Sin embargo, los avances en esa tarea son lentos. La enorme cantidad de agua empleada para enfriar las barras de combustible ha inundado las salas de turbinas y las galerías subterráneas, impidiendo toda intervención humana.
La tarea más difícil es evacuar esas capas de agua altamente radiactivas, que en parte se filtraron al océano por una brecha de 20 centímetros descubierta en un foso conectado al reactor 2.
"Hasta ahora, no está claro si el volumen de agua que ha salido al océano ha disminuido", dijo el portavoz de la Agencia de Seguridad Nuclear, Hidehiko Nishiyama.
La crisis del complejo de Fukushima Daiichi de seis reactores cumplió cuatro semanas, atemorizando a la industria atómica mundial y aumentando el sufrimiento de Japón tras un terremoto y tsunami que dejaron 27 mil 500 muertos o desaparecidos.
Además del mar, la radiación se ha filtrado a los alimentos, el agua potable y el aire. Ingenieros se esfuerzan por enfriar las varillas de combustible nuclear sobrecalentadas y recuperar el control de los reactores dañados.
Expertos dicen que más allá del desastre natural, existe un riesgo mínimo para la salud humana en lugares remotos de Japón o en el extranjero.
Este fin de semana el operador de la planta, Tepco, halló una grieta en un pozo de concreto en su reactor número 2 en el complejo Fukushima Daiichi, la que generaba lecturas de mil milisieverts de radiación por hora en el aire al interior.
La filtraciones no pararon después de que se virtió concreto en el pozo y la firma recurrirá a polímeros que absorban agua para evitar que salga más contaminación.
La grieta pudo haber sido la fuente de la filtración que ha estado enviando la radiación en el agua del mar a niveles 4 mil veces fuera del límite legal.
Para enfriar el dañado reactor número 2, los ingenieros están estudiando alternativas para bombear agua, incluido un improvisado sistema de aire acondicionado, rociar las barras de combustible del reactor con agua vaporizada o utilizar el sistema de limpieza de la planta.
"No debemos bajar la guardia dado que la situación en la planta nuclear es impredecible", dijo el secretario jefe de gabinete, Yukio Edano, quien ha sido la principal cara del Gobierno desde el desastre del 11 de marzo.
Bajo una enorme presión por su manejo de la crisis y las condiciones previas de seguridad, Tepco confirmó el domingo que dos de sus empleados desaparecidos desde el 11 de marzo fueron encontrados muertos en el sótano, y dijo que posiblemente fallecieron por el tsunami.
Periodistas insistieron sobre por qué los cuerpos de los hombres de 21 y 24 años no fueron hallados antes y cómo murieron, mientras que otros sobrevivieron.
La central Fukushima Daiichi, situada al borde del océano Pacífico a unos 250 kilómetros al norte de Tokio, estaba concebida para resistir olas de seis metros, pero no de 14, como fue el caso.
Las acciones de la mayor empresa de servicios eléctricos de Japón cayeron un 80 por ciento desde el inicio de la tragedia y su presidente ejecutivo se encuentra en un hospital. Cientos protestaron el domingo ante las oficinas de la compañía, en Tokio.
Los daños por el terremoto de magnitud 9 y el tsunami que le siguió minutos después en la costa noreste de Japón podrían llegar hasta 300 mil millones de dólares, el desastre natural más costoso del mundo.
Irritación de los agricultores
Kan recorrió el sábado las aldeas litorales devastadas en el norte de Japón, ofreciendo a los refugiados el apoyo del Gobierno para reconstruir sus casas y recuperar su estilo de vida.
Agricultores de las áreas rurales que rodean a la planta nuclear temen que los consumidores en Japón rechazarán sus cosechas, dado su origen en las provincias de Fukushima.
"No hay manera de que vayamos a poder vender algo", dijo el agricultor de 73 años Akio Abiko.
"La gente en Tokio es demasiado sensible ante esta clase de cosas".
Algunos productores agrícolas descontentos viajaron a Tokio desde Fukushima durante el fin de semana para intentar probar a la gente que sus productos son seguros.
Aunque han pasado más de tres semanas desde el terremoto, alrededor de 164 mil personas todavía permanecen en centros de evacuación. Las historias desgarradoras de sobrevivientes del tsunami aún emergen.
Unos 25 mil soldados japoneses y estadounidenses pusieron fin a tres días de intensas búsquedas a lo largo del litoral, durante los que encontraron 306 cadáveres.