Con una buena estrategia, ‘Julito' venció por decisión unánime a Marco Antonio ‘veneno' rubio para realizar su segunda defensa exitosa de su título de los pesos medianos
Deportes
- 2012-02-06
Una cabeza que controló "El Veneno". Estrategia planteada para incomodar al oponente, minimizar su fuerza y maniatar al rival. Así planteó Julio César Chávez Jr. la pelea, con lo que le valió para ganar la contienda a su compatriota Marco Antonio Rubio por decisión unánime.
El Hijo de la Leyenda (45-0-1, 31 KO) mantuvo su cetro absoluto de peso medio del Consejo Mundial de Boxeo tras llegar a la lectura de las tarjetas, en un combate cerrado que podría ser su victoria más sufrida en lo que va de su carrera. Los jueces dieron 118-110, 116-112 y 115-113, ante un inconforme Rubio (53-6-1, 47 KO), desde el Alamodome.
"Fue una dura pelea contra Rubio. Dí mi esfuerzo la verdad es que fue complicado pero satisfecho de poder salir avante. No creo que haya quedado dudas del resultado. Vamos por más triunfos", comentó Julio César, arriba del ring.
Si bien las más de 14 mil 120 personas que se dieron en el Alamodome eran en su mayoría seguidores de Chávez Jr., el coahuilense también llegó con una numerosa afición que se le entregó en todo momento.
Primer round de estudio. Julio César fue el primer en conectar un sólido volado, pero en un asalto en que pocos golpes se lograron colocar ambos pugilistas. Rubio intentó abrir la guardia del sinaloense con el puño izquierdo, mientras daba pasos cortos para interceptar los recorrido del Junior. El retador tuvo un momento de apremió al quedar recargado contra las cuerdas en el segundo episodio.
Para el tercero, Julio intentó acortar distancia. Entró al intercambio de cueros en corto, para buscar conectar con éxito su volado izquierdo. Algo que de inmediato le advirtieron a El Veneno sus entrenadores para que lo evitara. La cercanía de ambas cabezas provocó el encontronazo en más de una ocasión, pero sin consecuencias. Rubio, por momentos encontró mejores golpes con volados rápidos y precisos.
Fue en el quinto asalto que los cueros a la zona hepática de ambos gladiadores se escucharon con intensidad. La primera pausa forzada de la contienda se dio cuando Marco conectó un golpe debajo de la cintura. Sólo una advertencia. El Hijo de la Leyenda tuvo acorralado a su rival, pero conservó estamina, en una táctica muy diferente a lo mostrado en su última pelea, contra Peter Manfredo.
Julio cerró en gran forma el sexto con el uno y dos que conectaron con intensidad sobre el retador. No obstante, El Veneno no mostraba síntomas de resentir los embates del que es seis años más joven. Para el siguiente round, Rubio sacó una serie de golpes consecutivos a la zona blanda de Julito, aunque el combate bajó de ritmo, por lo que en las tribunas, aparecía la ola. Sonora y con intensidad.
En el noveno round la angustia no controló más a Chávez padre. La leyenda se subió a la esquina para, personalmente, darle unos consejos contra Rubio. Un rival que, con base a golpe constante, sumaba más golpes conectados que el monarca. Julio César empezó a denotar cansancio para el décimo, al no responder las agresiones de su compatriota.
Intensidad absoluta para el décimo primer episodio. Ambos boxeadores salieron a conectar sus mejores jabs. El rostro de ambos mexicanos se vio sacudido con brusquedad. Un momento de intensos castigos que podía inclinar la balanza para cualquier lado. Último asalto en el que Chávez cerró ligeramente más fuerte, con volados al rostro de Rubio, quien hasta este round mostró síntomas de cansancio.
El epílogo, la lectura de tarjetas que encontró divisiones en las gradas. Lo que no hubo duda es que el aún monarca medio supo realizar el mejor boxeo inteligente para minimizar los peligros de su rival.