WASHINGTON (Agencias).— Representantes de la población musulmana de Estados Unidos denunciaron ayer en el Congreso la violación creciente de sus derechos civiles, como ocurrió con los afroamericanos hace décadas, en una tensa audiencia en la que se trató sobre la presunta radicalización de los miembros de esa comunidad.
Internacionales
- 2011-03-11
WASHINGTON (Agencias).— Representantes de la población musulmana de Estados Unidos denunciaron ayer en el Congreso la violación creciente de sus derechos civiles, como ocurrió con los afroamericanos hace décadas, en una tensa audiencia en la que se trató sobre la presunta radicalización de los miembros de esa comunidad.
Peter King, presidente de la Comisión de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, que convocó la sesión, acusó a la comunidad musulmana de negarse a cooperar con las fuerzas de la ley y denunció que los sermones en algunas mezquitas de Estados Unidos están desembocando en la radicalización de los fieles. “Para combatir esta amenaza, debe emerger un liderazgo moderado en la comunidad musulmana”, aseguró King, un republicano.
“Hoy, debemos ser muy conscientes de que la radicalización nacional es parte de la estrategia de Al-Qaeda para continuar atacando en Estados Unidos”. King negó las acusaciones de que las sesiones sean “radicales o antiestadounidenses”.
El congresista por Nueva York argumentó que no hay comparación entre la amenaza de Al-Qaeda y los neonazis, los extremistas ecologistas y otros “dementes aislados”.
King ha sido criticado por líderes religiosos y de derechos civiles que consideran que está llevando a cabo una cacería de brujas al centrarse en una sola comunidad.
El legislador demócrata Keith Ellison, el primer musulmán que llega al Congreso, rompió a llorar cuando recordó la historia de un paramédico musulmán de 23 años que murió en los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.
“Algunas personas difundieron rumores falsos y especularon con que estaba con los atacantes sólo porque era musulmán”, dijo.
Ellison dijo que el joven debería ser recordado como alguien “que dio todo por sus compatriotas estadounidenses”, en lugar de simplemente como miembro de una religión o grupo étnico. Ellison trató de ocultar sus lágrimas tras sus papeles y rápidamente salió de la sala tras sus declaraciones.
Consecuencias del odio
“Estamos viendo las consecuencias del odio contra los musulmanes”, dijo Ellison antes de irse. Tanto él como otros representantes de esta minoría denunciaron que la propia audiencia estaba minando sus esfuerzos de luchar contra el extremismo mediante la inclusión social y el civismo. El demócrata John Dingell, representante por Michigan, instó a King y al comité a asegurar que su investigación no “mancharía el buen nombre o la lealtad o plantearía dudas sobre la decencia de los árabes o musulmanes u otros estadounidenses”.
La demócrata de California, Laura Richardson, aseguró que “la discriminación” que sufrieron “los afroamericanos en los años 40 y 50, la padecen ahora los musulmanes”. Denunció la paradoja de que se apunte a los musulmanes como germen del terrorismo doméstico, cuando casi 25% de los complots desarticulados en este país en los últimos años procedían de grupos supremacistas blancos.
Los promotores de la audiencia invitaron a dos ciudadanos musulmanes con familiares vinculados con grupos radicales. Melvin Bledsoe habló de su hijo que se unió a extremistas en Yemen, en tanto que Abdirizak Bihi explicó cómo su sobrino se unió a la Yihad y murió asesinado en Somalia.