Vigilarán zona del río Bravo donde no hay valla limítrofe
Internacionales
REDACCIÓN - 2012-08-23
Volando a 765 metros sobre ranchos cubiertos por matorrales cerca de la frontera con México, un globo aerostático cargado con cámaras de tecnología de punta utilizado por la Patrulla Fronteriza puede ver fácilmente a un grupo de reporteros y la marca, color y modelo de sus vehículos, a un par de kilómetros de distancia.
En Irak o Afganistán, donde la tecnología ya demostró que es efectiva para ubicar atacantes, este tipo de dirigibles vigilan alrededor de las bases. Las autoridades estadounidenses creen que pueden ser igual de efectivos para rastrear a traficantes de drogas e inmigrantes que intentan cruzar la frontera sin permiso por un escarpado tramo del río Bravo, donde no hay valla limítrofe.
La Patrulla Fronteriza está probando dos dirigibles llenos con helio que les prestó el Departamento de Defensa. Personal del Congreso se unió a representantes de los departamentos de Seguridad Nacional y Defensa el miércoles cerca del pueblo fronterizo de Roma, 400 kilómetros al sur de San Antonio, para presenciar lo que el aerostato puede hacer.
Los dos dirigibles —uno de casi 17 metros y el otro de 22— que están a prueba en la frontera fueron fabricados en Carolina del Norte por TCOM, una empresa con sede en Maryland.
Por dentro, el globo está equipado con aire acondicionado y tres bancos de videomonitores que escanean el área, hacen acercamientos a vehículos que están a kilómetros de distancia, cambian a infrarrojo y rápidamente ubican a un automóvil que avanza por un estacionamiento.
Operación “económica”
Las cámaras de los dirigibles tienen capacidad para ver en territorio mexicano, pero el vocero de la Patrulla Fronteriza, Henry Mendiola, dijo que no es la intención.
El modelo más grande puede mantenerse en el aire por 14 días. Aunque los globos no pueden cubrir ni cerca el rango de un helicóptero o avión militar no tripulado, son más económicos de operar.
El ejército de Estados Unidos ha usado los dirigibles, equipados con sofisticadas cameras, sensores infrarrojos y de detección, a más de mil metros de altura sobre Afganistán e Irak para monitorear ataques de militantes, así como bombas plantadas en caminos o tropas en los enfrentamientos.
Ahora que las bases estadounidenses en Afganistán se están cerrando, los dirigibles no rígidos —que pueden costar entre un millón y 5 millones de dólares cada uno— formarán parte de la afluencia masiva de los equipos, dejando ese país en los próximos dos años. (AP)