Inicia en Argentina histórico juicio a ex dictadores por Plan Cóndor
Los ex presidentes Jorge Rafael Videla, Reynaldo Bignone y otros 23 acusados serán juzgados por perseguir y asesinar a opositores políticos en la década de 1970
Internacionales
Excelsior - 2013-03-04
Argentina hará historia este martes al convertirse en el primer país de América del Sur en juzgar los delitos cometidos al amparo del Plan Cóndor, el cual fue implementado por las dictaduras sudamericanas en la década de 1970.
En el proceso serán juzgados 25 acusados, entre ellos los ex presidentes de facto Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone, dos de los personajes más emblemáticos del último y más sangriento régimen militar que gobernó Argentina.
El Plan Cóndor fue un proyecto a través del cual las dictaduras de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, con el apoyo de Estados Unidos, coordinaron la persecución de líderes políticos opositores.
Gracias a esta colaboración regional, miles de personas fueron secuestradas, torturadas, desaparecidas, asesinadas o trasladadas ilegalmente de un país a otro.
Pese al cúmulo de pruebas, la mayoría de los países no han podido juzgar a sus represores, a diferencia de Argentina, donde en 2005 fueron derogadas las leyes que durante décadas permitieron la impunidad de miles de militares y civiles.
Así, en el juicio que empieza este martes y que se prevé durará cuatro años, se analizarán cuatro causas por 223 delitos de lesa humanidad y en las que los represores están acusados de asociación ilícita, privaciones ilegítimas y aplicación de tormentos.
La figura principal del juicio será el ex dictador Jorge Rafael Videla, quien encabezó el golpe militar de 1976 y fue presidente de facto hasta 1981.
A sus 85 años y preso en una cárcel militar, Videla ya ha sido condenado en varios juicios anteriores por otros delitos, entre ellos el robo sistemático de bebés nacidos en las cárceles clandestinas que fueron entregados en adopciones ilegales.
Se espera que a lo largo de este proceso, en el que declararán más de 500 testigos, todos los acusados rechacen las imputaciones y reivindiquen, una vez más, la lucha contra la “subversión comunista” que, según ellos, amenazaba a la región hace cuatro décadas.