Cientos de miembros del partido gobernante renunciaron en la ciudad de Deraa en protesta por los ataques a los manifestantes
Internacionales
- 2011-04-28
Tanques entraron al puerto norteño de Latakia -una ciudad crucial para la elite dominante siria- y las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra los manifestantes, al tiempo que se produjeron intensos tiroteos el jueves en Deraa, el centro de la insurrección, dijeron testigos.
En un nuevo golpe al presidente Bashir al Assad, más de 200 miembros del partido gobernante Baath dimitieron en Deraa en protesta por la brutal ofensiva del presidente en contra de sus opositores, dijo un activista de derechos humanos.
Un testigo dijo que seis tanques entraron a Latakia el miércoles por la noche y las fuerzas de seguridad hirieron a cuatro personas al disparar sobre una manifestación contra el gobierno.
El malestar en Latakia es significativo porque la provincia tiene fuertes lazos históricos con la secta alauita de Assad, un desprendimiento minoritario del islam chií. Allí conviven diversos grupos religiosos, suníes en las ciudades y alauitas en las zonas rurales. Al menos 14 personas murieron en la ciudad en los primeros días de la insurrección, lo que generó el temor de que la violencia adquiriera un matiz sectario.
Assad ha tratado de aplastar la revuelta, la más fuerte en los 40 años que su dinastía lleva en el gobierno del país. Más de 450 personas han muerto debido a la represión, unas 120 el último fin de semana.
En Duma, un suburbio de Damasco, se reforzaron los retenes.
''La seguridad es tan rígida que en Duma no entran ni los pájaros'', dijo un vecino, y añadió que las fuerzas de seguridad recorrían las calles con listas de personas a arrestar.
Las fuerzas del gobierno armadas con ametralladoras pesadas operaban en Dara, dijo el vecino Abdulá Abazeid. Añadió que los francotiradores seguían matando gente. Una de las víctimas era una niña de seis años que se encontraba en el techo del apartamento de sus padres.
La ciudad carecía de teléfono, electricidad y agua, y escaseaban los alimentos, añadió.
La Organización de la Conferencia Islámica, que agrupa a 57 naciones, dijo que su secretario general Ekmeleddin Ihsanoglu habló por teléfono con el canciller sirio Walid al-Moallem para expresar ''su profundo pesar por la gran cantidad de muertos y heridos''.
Añadió que Ihsanoglu reiteró la posición de la OCI por la moderación y la no violencia, junto con la aplicación inmediata de las reformas prometidas por el gobierno y el inicio de un diálogo constructivo con las fuerzas nacionales.