Tres mil 300 cruces recuerdan a víctimas de la violencia armada en EU

El National Mall de Washington se ha convertido en un pequeño cementerio simbólico con 3 mil 300 cruces de madera, una por cada víctima que se ha cobrado la violencia armada en Estados Unidos desde la masacre en una escuela de Newtown el pasado diciembre.

Con este gesto y bajo el lema "Todos somos Newtown", reverendos y líderes religiosos de diferentes creencias religiosas y provenientes de distintos puntos del país han comenzado en la capital estadunidense una vigilia de 24 horas por todas y cada una de las muertes que, a consecuencia de las armas, han ocurrido desde aquel episodio.

"Como pastores, sabemos por el apoyo espiritual que hemos ofrecido a los afectados por la violencia armada (...) cómo se extiende (el dolor) a través de nuestras comunidades, afectando a todo lo que sucede", dijo Matt Crebbin, quien dirige la Iglesia Congregacional de Newtown, en Connecticut, y uno de los primeros en apoyar a las familias tras esa masacre.

"Este es un asunto moral al que nuestra nación se ha enfrentado desde hace mucho tiempo y tenemos la esperanza de que habrá una respuesta", dijo el reverendo con relación a la posibilidad de que el Congreso estadunidense apruebe una legislación más estricta sobre el control de las armas.

Crebbin, quien dirigió la vigilia a la que asistió en diciembre el presidente estadunidense, Barack Obama, por las víctimas de Newtown, llamó a las autoridades a actuar cuanto antes para que no sigan ocurriendo tragedias como la de su localidad, en la que perdieron la vida 20 niños y 6 adultos en la escuela Sandy Hook.

Las cruces en el emblemático parque de la capital, entre el Obelisco y el Capitolio, recordarán a todas los fallecidos desde entonces, cuyos nombres serán leídos a lo largo de las 24 horas que durará la vigilia.

Estos actos simbólicos de mano de líderes religiosos coinciden con la aprobación en el Senado hoy de la apertura del debate dentro de la Cámara alta para tratar el control de las armas.

Con 68 votos a favor y 31 en contra, el Senado aprobó, con la ayuda de varios republicanos, iniciar el debate sobre una medida demócrata -apoyada por la Casa Blanca- que, entre otros elementos, crearía un sistema universal de revisión de antecedentes penales para los compradores de armas.