Muerte de terrorista es un triunfo para su ideología de violencia
Internacionales
- 2011-05-04
Desde hace varias semanas, los editorialistas de los más importantes periódicos de los Estados Unidos habían criticado a Obama por su falta de decisión y sus ambigüedades en Medio Oriente. Se le ha reclamado ser "demasiado profesoral", "ponderar excesivamente cada opción y no actuar como un líder". En medio de esas críticas, el domingo a las 11 pm se anuncia que el Presidente tiene una noticia importante sobre Seguridad Nacional. Un cuarto de hora después, habiendo pronunciado un discurso magistral en su sobriedad y visión, ya nadie podía acusar a Barack Obama de debilidad o falta de liderazgo. Logró acorralar y matar, en una operación de alta precisión, a Osama bin Laden, el enemigo público número uno, buscado afanosamente durante 10 años.
La reacción espontánea fue impresionante: en la lluviosa madrugada de primavera salieron centenares de manifestantes, en varias ciudades de Estados Unidos a cantar y expresar su orgullo patriótico. Exhibieron carteles pidiendo el regreso inmediato de las tropas de Afganistán e Irak, mientras afirmaban que Estados Unidos ganó la guerra. Hubo incluso un iluso que aseguró que ya en los aeropuertos, no los registrarían tanto, ni les quitarían los zapatos. Mientras oía el delirio callejero me preguntaba si esos eufóricos patriotas realmente creen lo que estaban diciendo. ¿No se dan cuenta que tanta alegría por una muerte, provocará nuevos odios en varios sectores mesorientales? ¿No comprenden que al Qaida es una inmensa hidra con autonomía y ramificaciones en muchas partes? ¿No hubiera sido preferible capturar a Osama y demostrarle al mundo que existe un sistema de justicia y de Derechos Humanos que debe prevalecer sobre la violencia?
Hace tiempo, a raíz del atentado de las Torres, se dijo que la gran victoria de Osama había sido instaurar un régimen de terror mundial debilitando los derechos individuales de todos nosotros. Ahora me pregunto si esta muerte violenta, en vez de un juicio, no representa también un triunfo para Osama y sus creencias por encima del respeto al Derecho de Gentes.