Cada 6 de enero, en nuestro país, los niños celebran el día de reyes recibiendo juguetes, además en muchos hogares se compartirá- acompañada de una buena taza de chocolate, la tradicional rosca de reyes. ¿Pero de donde surgen estas tradiciones? Ambas, como la Navidad, tienen su origen en Egipto, cuando celebraban la fiesta del solsticio de invierno el 25 de diciembre y el 6 de enero el aumento de la luz, y en sí la fiesta de reyes también es conocida como “Epifanía”, palabra de origen griego que significa manifestación, revelación o aparición, pero que se le dio un significado diferente al original.
El verdadero origen de los magos, que no reyes, se da en el evangelio de San Mateo capítulo 2 completo y principio del 3, donde se habla que durante el reinado de Herodes, llegaron unos magos de oriente buscando donde había nacido el Rey de los judíos pues quería adorarlo. Se trata de Jesucristo. Y para ello una estrella los guiaba, y al llegar donde estaban José y María con el niño, le ofrecieron tres regalos: oro, mirra e incienso. Luego al marcharse, en sueños se les avisó que no volvieran con Herodes, quien al saberse burlado mando a matar a todos los niños menores de 2 años de edad, de donde surge la tradición de “los santos inocentes”.
Sin embargo, la Biblia nunca menciona cuántos magos o astrólogos de oriente llegaron, ni sus nombres o color de piel, y mucho menos en que se trasportaron para llegar a Belén. Y de acuerdo a los historiadores, el término "magos" se refería a astrólogos o sacerdotes persas que profesaban el mazdeísmo, la religión de Zaratustra, aunque muchos investigadores los consideran originarios de Persia (hoy Irán), con base en el argumento de que muchas leyendas que contiene hoy día la fiesta de la Navidad proceden de costumbres anteriores al cristianismo.
Sobre la tradicional rosca de de reyes, fue traída a México por los colonizadores españoles, pues en la llamada Madre Patria (España) se acostumbra el “roscón de reyes”, que es una costumbre pagana que se sitúa en el mundo romano, durante las fiestas de fin de año dedicadas a Saturno (saturnalias) y de las fiestas de principios de año dedicadas desde la época de la República, al dios Jano, celebradas entre el 17 y el 23 de diciembre.
Entre las costumbres culinarias de la época, durante estas fechas se elaboraba unas tortas redondas de pan hechas con miel, higos y dátiles que se repartían entre plebeyos y esclavos. En su interior se introducía un haba seca y al afortunado al que durante la degustación de dicho pastel le tocaba la legumbre, era nombrado rey de reyes durante un corto periodo de tiempo.
Pero fue en época de Felipe V, el primer rey de la dinastía de los Borbones, de origen francés, cuando en España se importó la costumbre de introducir una sorpresa escondida dentro de un rosco cubierto de frutas escarchadas como culminación de las fiestas de Navidad. Tal costumbre se practicaba en diversos lugares de Francia donde se degustaba el Gateau du Roi o ‘Pastel de Rey’ dando el título de "Rey del haba", en unos casos, al niño más pobre de la ciudad y, en otros, a los pequeños de la casa. Con el tiempo se convirtió en desayuno del día de reyes en la Epifanía o fiesta dedicada a los reyes Magos el 6 de enero.
La tradición mexicana, en la actualidad, invita a compartir la rosca de reyes, donde se buscó darle significados diversos como su forma que para los católicos evoca al Dios Eterno que no tiene principio ni fin; las frutas dulces son “joyas” de la corona de la gracia que Jesús trae; el muñequito escondido entre la masa representa al niño Jesús, y a quien lo “encuentra” al comer una rebanada de este pan, le corresponde invitar a los demás tamales y atole para el 2 de febrero, Día de la Candelaria.