A partir de este día se da el paso formal a la cuaresma, cuarenta días en donde los fieles tendrán para hacer oración, penitencia y ayuno, así como abstenerse el miércoles de ceniza y el viernes santos, por lo que cientos de fieles se congregaran en las iglesias para recibir la ceniza.
El presbítero Antonio Galván China señalo que antiguamente los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.
En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.
La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo, también enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba.
En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad, al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres.
Galván China aseguro que el miércoles de ceniza y el viernes santo son días de ayuno y abstinencia, la abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años, donde el ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carnes rojas.
Siendo este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.
Finalmente aseguro que es un tiempo de pedir perdón a Dios y a nuestro prójimo, pero es también un tiempo de perdonar a todos los que de alguna forma nos han ofendido o nos han hecho algún daño.
Pero debemos perdonar antes y sin necesidad de que nadie nos pida perdón, recordemos como decimos en el Padre Nuestro, muchas veces repitiéndolo sin meditar en su significado, que debemos pedir perdón a nuestro Padre, pero antes tenemos que haber perdonado sinceramente a los demás.