+ El portavoz del presidente ruso reconoció las profundas divergencias entre su país, la UE y EU, pero se mostró confiado en el diálogo.
Internacionales
MILENIO - 2014-03-07
Moscú no quiere una nueva guerra fría, declaró hoy el portavoz del presidente ruso Vladimir Putin, tras la agudización de las tensiones con Occidente a raíz del pedido de la península ucraniana de Crimea de unirse a Rusia. Rusia "quisiera evitar" una guerra fría, afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, al ser interrogado sobre la crisis en Ucrania por el canal de televisión público Rossia 1. "Espero que (la guerra fría) aún no ha empezado y que no empezará", declaró Peskov, que reconoció no obstante las "profundas divergencias de opinión entre Rusia, los países europeos y Estados Unidos" sobre Ucrania.
"Subsiste una esperanza que el diálogo permitirá hallar puntos de acuerdo", afirmó Peskov. Pero "por el momento, nadie está en medida de predecir sobre qué podríamos ponernos de acuerdo", reconoció. Sus declaraciones se produjeron en momentos en que, en la escena diplomática, las potencias occidentales y Rusia no han hallado una salida a la crisis ucraniana, que estalló a fines de febrero con la toma de control de Crimea por fuerzas prorrusas, y tras la imposición de sanciones diplomáticas y económicas por Washington y la UE contra Moscú.
Hoy, comandos prorrusos impidieron el ingreso de observadores internacionales a Crimea y Rusia desafió a Occidente, al abrir los brazos a la posible anexión de ese territorio ucraniano y amenazar con cortar el suministro de gas a Ucrania. Una decena de hombres armados, que enarbolaban banderas rusas, bloquearon a unos 40 observadores militares no armados de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que intentaban por segundo día consecutivo entrar en Crimea.
Tras el incidente, que se produjo cerca de la localidad de Chongar, los dos buses que llevaban a la comitiva dieron media vuelta para regresar a su punto de partida en una zona de Ucrania controlada por el gobierno central de Kiev. Según el ministerio ruso de Relaciones Exteriores, los observadores no habían obtenido "invitaciones oficiales" de las autoridades de Crimea para entrar en esa península de dos millones de habitantes, en su gran mayoría de habla rusa.
En Moscú, el Parlamento ruso afirmó que respetará la "elección histórica" de Crimea, donde el 16 de marzo debería celebrarse un referéndum para adherir a la Federación Rusa. "Apoyaremos la elección libre y democrática de la población de Crimea", declaró el presidente de la cámara baja rusa, Serguei Naryshkin, en un encuentro con una delegación del Parlamento de Crimea, que convocó esa consulta, impugnada por el gobierno de Ucrania y por los países occidentales.
Rusia, además, no se dejó amedrentar por las primeras sanciones adoptadas por Estados Unidos y la Unión Europea (UE), y amenazó con interrumpir sus exportaciones de gas a Ucrania debido a los impagos. El caso tiene un precedente en 2009, cuando los cortes afectaron al suministro de varios países europeos. Un responsable del grupo público ruso Gazprom recordó que el 7 de marzo era la fecha límite fijada a Ucrania para cumplir con los pagos atrasados, que se elevan a 1,890 millones de dólares.
Ucrania es una ex república soviética independiente desde 1991. Rusia le había cedido la soberanía sobre Crimea en 1954, cuando ambas repúblicas formaban parte de la URSS, pero mantiene allí, en el puerto de Sebastopol, la base de su flota del Mar Negro. Más de 65 mil personas se reunieron hoy en Moscú en un concierto organizado en apoyo a los habitantes de Crimea, anunció la policía moscovita.
Con banderas rusas o pancartas que rezaban "Crimea es tierra rusa" o "Crimea, estamos contigo", asistían a dos pasos del Kremlin a un concierto que se inició con una canción patriótica titulada "Oficiales", interpretada por estrella pop rusa Oleg Gazmanov. La delegación del Parlamento de Crimea que se entrevistó con parlamentarios rusos en la mañana apareció luego en la escena, con la inscripción "Estamos juntos".
La crisis ucraniana se agudizó a fines de febrero con la toma de control de Crimea por fuerzas prorrusas, unos días después de la destitución del presidente ucraniano Viktor Yanukovich, aliado de Moscú. Después de muchas dudas, Washington decidió el jueves imponer sanciones diplomáticas y económicas a Moscú. También Bruselas, donde los jefes de Estado y de Gobierno de la UE recibieron al primer ministro interino ucraniano, Arseni Yatseniuk.
Por segunda vez en menos de una semana, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, mantuvo el jueves una larga conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin, para explicarle las sanciones adoptadas por Washington. Estados Unidos restringirá los visados y congelará activos de aquellos ucranianos o rusos que considera "responsables o cómplices de amenazar la soberanía de Ucrania".
Los dirigentes de la Unión Europea suspendieron por su lado las negociaciones bilaterales sobre visados y amenazaron con adoptar sanciones más duras contra Rusia, en particular económicas. La Unión Europea anunció que firmará en breve con Kiev el acuerdo de asociación que Yanukovich se negó a firmar en noviembre. Esa decisión fue el desencadenante de la ola de protestas que culminó con la destitución de Yanukovich por el Parlamento, tras una tentativa sangrienta de desalojo de la plaza de la Independencia, que dejó más de 80 muertos.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) se dijo hoy "impresionado" por la voluntad del nuevo gobierno de Ucrania de llevar adelante reformas a cambio de ayuda para sortear la crisis económica. Una misión de expertos del FMI se encuentra en Ucrania desde el martes y permanecerá allí hasta el 14 de marzo. Ucrania necesita ayuda financiera urgente para evitar la bancarrota.
Asimismo, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, consideró "preocupante y grave" el anuncio de un próximo referéndum sobre el futuro de Crimea, indicó el viernes su portavoz, Martin Nesirky. "El anuncio reciente de las autoridades de Crimea de su intención de realizar un referéndum es preocupante y grave", declaró a la prensa Nesirky. Ban, agregó, "pide insistentemente a las autoridades de Ucrania, a la que pertenece Crimea, tratar este asunto con calma", y de abstenerse de toda "acción precipitada".
Siempre según Nesirky, Ban "subrayó la necesidad de mantener la paz y la estabilidad en la región". El portavoz no precisó, sin embargo, si el referéndum está considerado por la ONU como ilegal según las leyes internacionales o de la constitución ucraniana como afirmaron Estados Unidos y sus aliados.