Ritual de los Voladores de Papantla, una revelación celestial

+Al interior de la Zona Arqueológica El Tajín y el Parque Temático Takilhsukut se llevan a cabo ceremonias para mostrar a los visitantes cómo el pueblo totonaca sigue creyendo en los dioses

Zona Norte

COMUNICADO - 2014-03-22

Por contar con una gran historia sobre su origen mítico, el ritual de los Voladores de Papantla, nombrado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, sigue cautivando a miles de personas que asisten a la celebración del 15 Aniversario de Cumbre Tajín.

Al interior de la Zona Arqueológica El Tajín y el Parque Temático Takilhsukut se llevan a cabo ceremonias para mostrar a los visitantes cómo el pueblo totonaca sigue creyendo en los dioses como respuesta a las bendiciones que han recibido en bienestar de su comunidad.

Cuenta la leyenda que cuando los hombres dejaron de agradecer lo que era dado, se presentó un tiempo de hambre y sequía. Un abuelo sabio escuchó en sus sueños una voz que le dijo: “Dirígete al manantial más cercano; ahí está la respuesta para salvar al pueblo”.

Ahí vio la imagen del sol quien le dijo que en compañía de cuatro hombres subiera a la punta del árbol más grande del monte de donde descendería la semilla dadora de vida, y posteriormente otros indígenas agradecerían la bendición mediante la danza de los Guaguas.

En el día señalado, los elegidos subieron hasta la cima del árbol colocándose uno de ellos en el centro para entablar comunicación divina entre el cielo y la tierra; los demás descendieron marcando las cuatro direcciones de la tierra y plantaron la nueva semilla que daría felicidad al pueblo.

Es así como inició el ritual de los Voladores de Papantla, situado aproximadamente en el año 600 a. C., y el cual ha llegado hasta nuestros días debido al resguardo de los propios practicantes. Es asociado con el culto solar, los ciclos agrícolas, las lluvias y la fertilidad. Se trazan 52 vueltas que representan el antiguo calendario cósmico mesoamericano de la renovación del fuego.

El reconocimiento mundial por la Unesco ha hecho que los habitantes y sus autoridades lleven un plan de salvaguardia de esta práctica, relacionada en la valoración, conservación, transmisión, divulgación, protección y la investigación para su rescate.

Gracias a la creación del Centro de las Artes Indígenas (CAI), esta ceremonia sigue siendo reconocida no sólo en la región sino a nivel internacional, pues año tras año se continúa su reforzamiento con eventos como Cumbre Tajín, realizados por el Gobierno del Estado de Veracruz.

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