+ Los insurgentes consiguieron ganar terreno en cuatro provincias, mientras la oposición siria acusó a Irán de proteger a Al Asad en la tensión con Turquía, que hoy lanzó varios proyectiles de ...
Internacionales
MILENIO - 2014-03-24
Los rebeldes sirios lanzaron hoy una gran contraofensiva en cuatro provincias del norte de Siria, donde ganaron terreno, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). "Tras las derrotas registradas en Qalamun, los rebeldes lanzaron una gran contraofensiva en el norte, en las provincias de Latakia, Alepo, Idleb y en el campo de Hama", más al centro, dijo el director de la ONG opositora, Rami Abdel Rahman. En la provincia de Idleb, el ejército "cedió quince puestos de control cerca de Khan Sheijun, y el régimen ya sólo tiene bases militares en Wadi al Deif y Hamadiye, rodeadas y abastecidas por vía aérea", añadió.
Varios grupos rebeldes islamistas, entre ellos el Frente al Nusra, vinculado a Al Qaeda, anunciaron el viernes el inicio de una ofensiva, bautizada como la "Batalla del Botín", en los feudos oficialistas en la costa. Un día después, el ELS se sumó a los ataques y lanzó otra ofensiva, que denominó "Batalla de las Madres de los Mártires", para hacerse con el control de las provincias costeras, Latakia y Tartús.
En Alepo, el régimen perdió los barrios de Layramun, la Ciudad Vieja y el monte Shwayhne, y sufrió numerosas bajas, según Rami Abdel Rahman. Es el primer ataque coordinado de esta envergadura desde que estalló a comienzos de año el conflicto entre una coalición rebelde, que incluye al Frente al Nosra -la rama de Al Qaeda en Siria-, y sus antiguos compañeros de armas, los yihadistas ultrarradicalizados del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL).
Según Ibrahim al Idlebi, portavoz de una unidad rebelde, "hay una coordinación total entre los grupos". "La principal razón es la retirada de EIIL de la región,ahora ya no tenemos que combatir a dos enemigos, sino a uno solo", el régimen, explicó el portavoz. Además, los rebeldes recibieron de Turquía municiones y armas, incluyendo misiles tierra-aire, dijo el portavoz.
En la provincia de Latakia, bastión del régimen y la región de la familia Asad, que dirige el país desde hace 45 años, los insurgentes tomaron un punto fronterizo con Turquía. También controlan la plaza principal del pueblo de Kasab, a seis kilómetros de allí, según Rahman. Las autoridades sirias afirmaron que los rebeldes y sus aliados yihadistas habían llegado de Turquía para atacar el puesto de Kasab, uno de los dos últimos puntos fronterizos con Turquía que el régimen seguía controlando.
Una fuente de la seguridad siria declaró a la AFP que había "una zona de operaciones en Kasab, donde hombres armados se infiltraron desde Turquía con la injerencia directa de los turcos". Añadió que las fuerzas sirias estaban "tratando la cuestión". Según el OSDH al menos 130 combatientes de ambos bandos murieron en la batalla el fin de semana. El municipio de Kasab cuenta con cinco mil habitantes. De ellos, dos tercios son armenios y el resto alauitas, la confesión del presidente Bashar al Asad.
El coronel rebelde Afif al Suleiman, jefe del consejo militar de Idleb, afirmó a la AFP que "ha comenzado una ofensiva conjunta". La situación "es muy buena en los tres frentes" de Idleb, Latakia y Hama. Según él, el factor decisivo fue la toma hace seis semanas de Morek, entre Hama y Alepo. "Se ha abierto la carretera entre Hama y el norte. El éxito en el campo de batalla es para quien controla las vías de suministro", apostilló. También explicó que el régimen ha retirado tropas de Idleb para enviarlas a Latakia, y que los rebeldes "aprovecharon para atacar".
El Ejército turco disparó hoy varios proyectiles de mortero hacia Siria, después de que algunos obuses lanzados desde el país árabe cayeran en la provincia de Hatay, en el suroeste de Turquía, informó el diario Hürriyet. Según el rotativo, tres cohetes, aparentemente disparados durante los combates entre los rebeldes y las fuerzas del régimen sirio, impactaron en el municipio de Yayladag, el mismo lugar donde ayer las fuerzas aéreas turcas derribaron un caza sirio que, según Ankara, penetró en el espacio aéreo turco.
De otra parte, la Coalición Nacional Siria (CNFROS), aseguró que Irán todavía está comprometido a mantener el régimen de Bashar al Asad y por eso "busca calmar el ambiente entre Siria y Turquía, por temor a que se inicie una guerra de Ankara contra Damasco", dijo a Efe su portavoz, Louay Safi. En la víspera de la Cumbre de jefes de Estado de la Liga Árabe, que comenzará mañana en Kuwait, Safi instó a ambos países a actuar con "moderación" en medio de las crecientes tensiones entre las dos partes.
El objetivo, añadió, es evitar una "participación militar de Turquía en el conflicto", después de que Ankara derribara un helicóptero del régimen sirio en la frontera. En este contexto, Safi advirtió de que este conflicto puede llevar a la posibilidad de una intervención militar de la OTAN para defender a Turquía. "El régimen de Al Asad no puede ganar batallas sobre el terreno sino fuera por la ayuda de grupos terroristas como el (chií libanés) Hizbulá y otras fuerzas extranjeras, por lo que depende de la aviación militar para debilitar algunos puntos", añadió.
Por otro lado, Hadi al Bahra, miembro de la Coalición y negociador jefe de la oposición siria en Ginebra, pidió a la comunidad internacional, en declaraciones a Efe, que "prohíba al régimen de Al Asad el uso de aviones de guerra, para poner fin a las operaciones de bombardeo aéreo indiscriminado". Del mismo modo, solicitó presionarle para que deje de atacar "civiles inocentes con todo tipo de armas letales e internacionalmente prohibidas como las bombas de racimo y los barriles explosivos".
Al Bahra aseguró que Al Asad mata a los sirios con armas convencionales y no convencionales, y debe ser "contenido de inmediato para evitar más pérdidas humanas". Estas declaraciones se producen un día antes de que comience en Kuwait la Cumbre anual de jefes de Estado de la Liga Árabe, en la que se evaluará el desarrollo de la guerra siria y del proceso de paz palestino-israelí.Desde hace tres años, Siria es teatro de un conflicto que se ha cobrado al menos 146 mil muertos según el OSDH, y ha obligado a millones de personas a dejar sus casas.