+ El paro inició en la medianoche de este jueves en trenes y autobuses, en un conflicto convocado por tres de las cinco centrales sindicales del país en reclamo al gobierno peronista de la ...
Internacionales
MILENIO - 2014-04-10
Con el paro de trenes y autobuses arrancó la medianoche de este jueves una huelga general en Argentina convocada por tres de las cinco centrales sindicales del país, que reclaman al gobierno de la presidenta Cristina Kirchner acciones contra la alta inflación y ajustes de tarifas. Es incierto el nivel de adhesión que obtendrá la huelga, que busca paralizar por 24 horas esta nación de 40 millones de habitantes que confronta a una fuerte inflación, que el primer bimestre de 2014 superó el 7%.
La medida es percibida por algunos gremios y analistas como un juego político para desafiar al Gobierno centroizquierdista de Kirchner, al mando desde 2007. En la capital y en los suburbios de Buenos Aires, donde se concentra la mayoría de la población, los trabajadores que dependen del transporte público tuvieron que hacer largas colas al salir mas temprano de sus empleos para llegar a sus hogares.
La Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP) denunció la acción de piquetes violentos que obligaron a interrumpir el servicio en un par de líneas del subterráneo y amenazaron a los trabajadores para que secunden el paro.
"Yo y mi compañeras no vamos a parar y ya nos organizamos para venir mañana en un remise (taxi)", dijo a la AFP Diana González, una joven de 26 años, dependienta en una farmacia del centro de la ciudad. En varios puntos de la capital las enormes pilas de basura acumulada antes de que los camiones recolectores pararan, y las filas de autos en las estaciones de servicio para cargar combustible, reflejaban los primeros signos del paro.
El éxito de la huelga dependerá del nivel de acatamiento que tenga entre los gremios del transporte: ferrocarriles, colectivos, subte (metro) y técnicos aeronáuticos, que impedirán de hecho al resto de los trabajadores llegar a sus empleos. Alberto Gómez, 31 años, encargado de la seguridad en el popular centro comercial Galerías Pacifico del centro de Buenos Aires, indicó que trabajaran con normalidad porque su empresa facilitó camionetas para recoger a los trabajadores en las paradas de sus respectivas zonas de residencia durante la jornada del jueves.
"Aquí no paramos, respetamos la medida pero trabajando", dijo Gómez. La huelga es convocada por gremios opositores para protestar contra el intento de Kirchner de poner límites al reajuste salarial que se discute en negociaciones colectivas con las empresas, la alta inflación que afecta el poder adquisitivo y también por la creciente violencia criminal en las grandes ciudades.
"Los trabajadores les decimos al gobierno ¡basta!, paro general", fue la consigna del camionero Hugo Moyano, líder de la protesta y del sector antigubernamental de la central obrera CGT, antiguo aliado de los Kirchner y hoy enfrentado con el ala kirchnerista que agrupa a grandes gremios industriales, comercio, bancarios y docentes, que no se pliegan a la medida. "Todos tienen derecho a hacer huelga y está bien", dijo el martes Kirchner, que está a 18 meses de terminar su segundo mandato.
Entre las exigencias de los gremios destacan mejoras salariales por encima del 40 % y un aumento del salario exento del pago de Ganancias, un impuesto a la renta que pesa sobre los trabajadores en Argentina que ganan más de 15 mil pesos mensuales (1,875 dólares). La última huelga general convocada en Argentina, en noviembre de 2012, tuvo un alto seguimiento y paralizó gran parte del país.