Soy muy viejo para hacer tanto el amor: Berlusconi
El gobernante italiano descalificó los documentos judiciales en su contra, que señalan que habría incitado a la prostitución a 33 jóvenes
Internacionales
- 2011-03-16
El primer ministro Silvio Berlusconi dijo a un diario de la oposición que es demasiado viejo para mantener todos los encuentros sexuales de los que es acusado por la fiscalía italiana.
El gobernante de 74 años encara el próximo mes en Milán un juicio acusado de haber pagado dinero para tener relaciones sexuales con una marroquí, menor de edad en aquel entonces, y de utilizar su influencia para encubrir el delito. En los documentos judiciales, la fiscalía ha identificado a 33 mujeres, entre ellas la marroquí, que presuntamente se prostituyeron en fiestas organizadas en la villa de Berlusconi cerca de Milán.
''Pese a que estoy un poco consentido ... 33 chicas en dos meses parecen demasiadas incluso para un hombre de 30 años'', dijo el primer ministro en una entrevista publicada el miércoles en La Repubblica, un diario izquierdista que encabezó una campaña para exigir su renuncia debido al escándalo.
''Es demasiado para cualquiera'', insistió Berlusconi. Aclaró que tiene novia, cuya identidad es secreta, y dijo que su pareja siempre le acompañó y no le habría permitido hacer todo lo que los fiscales le imputan.
''Me hubiese arrancado los ojos'', agregó.
Berlusconi habló con La Repubblica horas después que la fiscalía de Milán notificó a tres de sus colaboradores que fue concluida la investigación sobre su presunta participación en el escándalo. La medida permitirá a los fiscales procesar a los tres, y acusarlos de proxenetismo a favor del primer ministro. Uno de ellos enfrentaría juicio por manejar los pagos a las muchachas.
Berlusconi ha sido encausado y su juicio comenzará el 6 de abril. El primer ministro dijo que piensa asistir a todas las audiencias y que aparecerá en televisión para defenderse y defender a las muchachas afectadas.
Los documentos de la fiscalía detallan cómo transcurrieron presuntamente las veladas en la villa de Berlusconi: Comenzaron con una cena; continuaron con una fiesta de ''bunga bunga'' en un salón utilizado como discoteca en la que las mujeres, en ocasiones enmascaradas, realizaron un ''strip-tease'' o bailes eróticos, ''tocándose mutuamente, tocando o siendo tocadas en sus partes pudendas por Silvio Berlusconi'', y culminaron con la selección del primer ministro de una o varias de ellas para hacer el amor.
Berlusconi dijo a La Repubblica que ''no podía dar crédito a mis ojos'' cuando leyó los documentos. Agregó que ''las chicas bailaron solas en la discoteca, solas, porque nunca me ha gustado bailar''.
El primer ministro negó además las acusaciones de que hubo intercambio de dinero a cambios de favores sexuales por medio de transferencias bancarias, e insistió retóricamente: ''¿Cómo puede ser que alguien pague un favor sexual mediante una transferencia bancaria?''