+ Argelinos y Rusos se disputan la última plaza de octavos de final que tiene disponible la Copa del Mundo
Deportes
MILENIO - 2014-06-26
Forzada por su gris comienzo, la selección rusa que dirige Fabio Capello está obligada a vencer a Argelia, hoy en Curitiba, para pasar a unos octavos de final que son el objetivo mínimo del país que acogerá el próximo Mundial.
Después de doce años ausente, tras superar la fase de clasificación europea por delante de la selección portuguesa de Cristiano Ronaldo, el equipo de Capello había despertado enormes expectativas en su afición. Un 25 por ciento creía que podía ganar el título, algo que por lo mostrado hasta el momento en Brasil, parece imposible.
Por eso, el empate ante Corea del Sur (1-1) y la derrota frente a Bélgica (1-0) han puesto al técnico italiano en el centro de las críticas, acusado de ser demasiado conservador.
A Capello se le recrimina que no utilice a Alan Dzagoev ni al exsevillista Alexander Kerzhakov. Al primero, un proyecto de estrella que no acaba de despegar, tan sólo le dio media hora de juego contra los coreanos y siete minutos en el Maracaná frente a Bélgica. El segundo, el máximo goleador histórico de la selección (26 tantos), sigue siendo un revulsivo de última hora.
Kerzhakov podría entrar en el equipo en lugar de Alexander Kokorin, el atacante de 23 años, ídolo en el Dinamo de Moscú, que se ha convertido en la gran decepción rusa en el Mundial.
El equipo de Capello necesita el gol, porque con un punto en tres partidos no le sirve más que una victoria, pero hasta el momento el técnico ha recurrido a la mala suerte -el error del meta Igor Akinfeev ante Corea y el tanto encajado en los minutos finales frente a Bélgica- para justificar el pobre bagaje de su equipo.
Ahora, ya no tiene más margen de error. El problema es que enfrente tendrá a Argelia, un conjunto eufórico tras lograr su primera victoria en un Mundial desde 1982. El 4-2 a Corea, además, le ha convertido en la selección africana que más tantos ha marcado en un partido mundialista.
El equipo magrebí, que se mueve al ritmo del valencianista Sofiane Feighouli, ha mostrado al mundo a Islam Slimani, un atacante del Sporting de Lisboa, de 26 años, que tras ser suplente ante Bélgica revolucionó el juego de los "fenecos" en el segundo partido, en el que marcó un gol y dio dos asistencias.
Slimani, elegido el mejor jugador argelino de 2013, acumula ya 11 goles en 23 apariciones con su selección y comienza a ser objeto de deseo de numerosos clubes como el West Ham y el Stoke ingleses, el Trabzonspor turco o el Marsella francés.
A Argelia le podría bastar el empate, pero su técnico bosnio, Vahid Halihodzic, quiere redondear una primera fase impecable, con un juego ofensivo que a punto estuvo de sorprender a Bélgica, en la primera jornada, y le puede llevar a los octavos de final por primera vez en su historia.