Netanyahu intenta convencer al centro a 36 horas de los comicios
El primer ministro de Israel se ve presionado ante la necesidad de pactar tras las elecciones, apareciendo el disidente del Likud Moshe Kalon como la llave para formar gobierno.
Internacionales
MILENIO - 2015-03-16
El primer ministro saliente de Israel, Benjamin Netanyahu, presionado a dos días de las elecciones legislativas, libró este domingo su última ofensiva mediática para seducir al electorado de centro con una concentración de los partidos de derecha.
Unos quince mil partidarios del Likud, el partido de Netanyahu, y de sus aliados, poco acostumbrados a la movilización en la calle, se congregaron en la noche del domingo en la plaza Rabi de Tel Aviv. La misma plaza había reunido una semana antes a más de 25 mil personas que asistieron para protestar contra Netanyahu.
"Somos la mayoría y debemos demostrarlo", dijo a la AFP Sacha Tebul, de 25 años. "No solo los minoritarios de izquierda saben manifestarse". David Shulman, otro asistente, aseguró que estaba participando en la manifestación, la primera de su vida, "empujado por el miedo".
Netanyahu tomaba la palabra para alertar de que existe "un verdadero riesgo de que la izquierda llegue al poder". Aunque "sabemos que la gente me quiere a mi para seguir dirigiendo el país", agregó, antes de ceder la palabra a sus aliados, entre ellos el nacionalista religioso Naftali Bennett y el ultraderechista Elie Yishai.
Según los últimos sondeos autorizados, los comicios, que se anuncian muy ajustados, se decidirán en el centro del espectro político. La oposición dirigida por la Unión Sionista del laborista Isaac Herzog le saca cuatro escaños de ventaja al Likud, el partido de Netanyahu. Sin embargo, esta ventaja no es suficiente como para garantizarle a Herzog la mayoría parlamentaria que le daría el poder, y todo dependerá de las alianzas.
Moshe Kahlon, un tránsfuga del Likud que fundó su partido de centroderecha Kulanu y cuya retórica se ha centrado sobre todo en las cuestiones sociales, en un país con una de las mayores tasas de desigualdad de los países desarrollados, se está perfilando como el candidato que podría tener la llave para formar gobierno.
"No podré constituir un gobierno sin él", aseguró Netanyahu, quien aspira a un tercer mandato consecutivo. "Sea cual sea el número de diputados de su partido, [Kahlon] obtendrá el puesto de ministro de Finanzas", recalcó en la radio militar. Por su parte, Isaac Herzog dijo ver en Kahlon "un socio importante si yo formo el próximo gobierno".
"Lo mío es la victoria"
A pesar de un avance de la alianza de centroizquierda, el resultado de las elecciones continúa siendo muy incierto. Y dada la dispersión del voto anunciada entre al menos once listas de derecha, de izquierda, de ultraortodoxos y de árabes, la composición de la próxima mayoría resulta difícil de prever, y el nombre del próximo primer ministro podría no conocerse hasta dentro de varias semanas.
Ante la incertidumbre, Netanyahu, generalmente hostil a los medios, ha multiplicado sus entrevistas en prensa y televisión, después de haberse abstenido durante meses de hacer cualquier aparición en los medios. "La jubilación no es lo mío. Lo mío es la victoria", afirmaba el jueves en el diario Jerusalem Post.
El primer ministro que durante toda su campaña se ha presentado como el "Señor Seguridad", advirtió en el mismo periódico que una victoria del centroizquierda pondría en peligro la seguridad de Israel.
"El partido del extranjero"
Netanyahu ha presentado de nuevo, implícitamente, a la Unión Sionista como el "partido del extranjero". "Los gobiernos extranjeros apoyan a asociaciones de izquierda con decenas de millones de dólares, pues saben que Bugi [Herzog] y Tzipi [Livni, número dos de la Unión Sionista] cederán si llegan al poder a todos los ultimátums de la comunidad internacional", afirmó Netanyahu, advirtiendo de que toda concesión a los palestinos no sería "pertinente".
El diario gratuito Israel Hayom, ferviente seguidor de Netanyahu, tituló en portada: "Investigación en el Senado estadunidense sobre la financiación de la administración [Obama] de una campaña contra Netanyahu".
En caso de que las dos grandes fuerzas queden igualadas, Netanyahu ya se ha mostrado hostil a un gobierno de unidad nacional. "De entrada, un gabinete así no podría funcionar porque las diferencias son profundas", apostilló.