Desde la Casa del Algodón, se rescata el telar y su uso para la creación de lienzos prehispánicos

Nosotros, en la Casa del Algodón, representamos el traje regional Totonaca porque es hecho de tela e hilo de algodón; estamos rescatando nuevamente las telas antiguas, volviendo a hacerlas con una gran comunidad de maestras y alumnas, aseveró la experta en la materia Lucía Simbrón Vázquez.

En entrevista, detalló paso a paso el trabajo que allí se realiza para generar todas y cada una de las prendas que la comunidad Totonaca orgullosamente porta; “aquí, en el Parque Takilhsukut, hacemos desde el cultivo del algodón y su cosecha, el hilo, y manejamos telares de cintura para las prendas, manteles y rebozos, entre otras cosas”.

El algodón, abundó, se siembra alrededor del día 04 de octubre, fecha desde la cual se deben esperar entre tres y cuatro meses, que es cuando la planta empieza a dar flores. Posteriormente, se cosecha el producto, se lleva a un proceso de despepitado, extendido y abatanado, para finalmente convertirlo en hijo a través de un huso o malacate.

“Cuando logramos tener unos 250 gramos de hilo de algodón, ya se puede iniciar un diseño en el telar de cintura, el que sea, mientras se tenga muy presente en la mente”.

Simbrón Vázquez comentó que las personas que acuden al taller de la Casa del Algodón salen emocionadas y contentas, pues manifiestan su gusto por lo que allí se hace, “porque se sienten atraídas por el algodón, una planta de mucha energía que además tiene la capacidad de ser curativa, de eliminar estrés”.

Finalmente, expresó su evidente emoción por contar, en esta edición de Cumbre Tajín, El Trayecto de Nuestra Luz, con la presencia de compañeras artesanas de Chile; “es muy emocionante y nos ponemos alegres por la visita de otras compañeras teladoras, que ocupan otro material pero la misma técnica”.

A nosotras, abundó, nos gusta recibir gente otros países y compartir experiencias; “aprendemos todas, tanto de aquí para allá, como de allá para acá.”