Al Sur: imprudencia y violación que reclaman solidaridad

+ Columna CLAROSCUROS del periodista José Luis Ortega Vidal

Zona Sur

José Luis Ortega Vidal - 2015-06-01

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Acayucan, llamada la Llave del Sureste –convergen en ella las carreteras Costera del Golfo y Transístmica, claves en la comunicación de Veracruz, Oaxaca, Tabasco, Chiapas, la Península de Yucatán con el Distrito Federal, así como Tamaulipas- vuelve a ser noticia dolorosa para el gremio de la comunicación.
La tarde/noche del pasado 30 de mayo -último sábado de la campaña electoral 2015 para ser más precisos- una joven sureña fue violada luego de haber cubierto -para la empresa de comunicación TV Sureste, donde labora- un evento político.
La comunicadora habría aceptado “el raid” de un sujeto desconocido que manejaba una camioneta lujosa y la abordó en la terminal de autobuses de Acayucan.
Tras subirse voluntariamente al vehículo la víctima fue llevada a un motel y allí fue agredida sexualmente; esto, de acuerdo a versiones acreditadas a su declaración ante la Fiscalía Especializada en Delitos Sexuales y Contra la Familia en Acayucan, donde se abrió la Averiguación Previa 206/2015.

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Observemos el contexto: la víctima acudió a un evento público en el cumplimiento de su trabajo; un acto proselitista donde estuvieron presentes Javier Herrera Borunda, aspirante a diputado plurinominal por el PVEM y Erick Lagos Hernández, candidato del PRI/PVEM a diputado por el distrito XX.
Concluido el acto emprendió el regreso a casa en la conurbación Cosoleacaque-Minatitlán, a unos 40 kilómetros de distancia de Acayucan y donde se ubica la sede de la empresa para la que trabaja.
Antes de marchar, la reportera/camarógrafa fue invitada por su jefe a una cena de la Unión de Periodistas de Acayucan A.C. que dirige el reportero Juan José Barragán, organizada con motivo del próximo Día de la Libertad de Expresión, a festejarse el 7 de junio.
La joven rechazó la invitación y adujo un compromiso familiar.
Jefe y reportera/camarógrafa se separaron.
Minutos después la víctima envió un mensaje vía waths app a su jefe y le informó que la habían secuestrado, que la tenían encerrada en el motel “Cielo” ubicado sobre la carretera Transístmica en dirección de Acayucan hacia Jáltipan.
De inmediato, el jefe se trasladó al lugar y –de acuerdo a una versión extraoficial a que tuvo acceso el reportero- al llegar al motel de marras el administrador del lugar impidió el acceso del rescatista.
Reporteros acayuqueños, enterados de lo que ocurría, informaron a la policía del Mando Unico que envío una patrulla al motel.
Finalmente, el jefe de la víctima entró y llegó a la habitación 9 donde se encontraba la afectada.
Durante su ingreso se cruzó con la camioneta negra en que se había trasladado la joven.
¿Secuestro?
Resaltemos un detalle: de acuerdo a la versión de la víctima, ella aceptó “el raid” y subirse a la camioneta de un desconocido.
Luego, este sujeto sacó un arma y la introdujo –ahí sí contra su voluntad- al motel “Cielo”.
Aquí, entonces, estamos ante un caso de secuestro; secuestro express o como se le deba calificar pero secuestro al fin; secuestro que inicia con un acto imprudente de parte de la víctima al subirse a la camioneta conducida por un sujeto desconocido, pero secuestro finalmente porque el error de la joven comunicadora no justifica la posterior privación de su libertad y mucho menos la agresión sexual.
Secuestro, desde luego, siempre que se corroboren todos los hechos descritos por la víctima.
Trasladada al Hospital Acayucan-Oluta la joven fue atendida y dada de alta horas más tarde.
Hacia la media noche del sábado y los primeros minutos del domingo circulaba -vía grupos de periodistas en celulares- la denuncia de los hechos.
Alrededor de las 03:00 horas del domingo, la víctima fue acompañada por su jefe y un grupo de colegas a su domicilio, según una versión; o se mantuvo bajo resguardo policiaco, según otra.
El domingo 31 de mayo también se dio a conocer información acreditada a las declaraciones de la víctima y su jefe ante la Fiscalía de Veracruz.
El mensaje telefónico al jefe y el posterior rescate ocurrieron cuando habían transcurrido sólo unos minutos del encuentro con el victimario en la central camionera de Acayucan, se afirma.
Empero, habría bastado ese corto lapso para la agresión contra la denunciante.
En contraste, la rápida movilización del jefe y el aviso oportuno a la policía no fueron suficientes para detener al presunto culpable.
La Fiscalía de Veracruz y la Comisión Estatal de Atención y Protección a los Periodistas (CEAPP) intervinieron desde la noche del sábado y la madrugada del domingo en atención a la víctima.

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Solidaridad. Respeto. Comprensión. Demanda. Justicia. Esclarecimiento. Exigencia. Inteligencia. Cierre de filas.
Estos, entre muchos otros, son elementos para enfrentar un hecho triste y lamentable: la imprudencia de una joven ligada a los medios de comunicación convertida en una deleznable violación.

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