Vainilla veracruzana, en peligro de extinción

+Solo 2 mil productores mantienen vigente este cultivo ancestral, pero los precios internacionales y la falta de apoyos oficiales dificultan su desarrollo.

Zona Norte

Milenio.com - 2015-06-06

La vainilla es una planta originaria de México y es el saborizante más utilizado a escala mundial, pero debido a la fluctuación de los precios internacionales y la falta de incentivos, su cultivo está casi al borde de la desaparición en nuestro país. Actualmente solo 2 mil productores mantienen este ancestral labor, quienes logran generar solo uno por ciento de la producción mundial.

“Actulmente ha disminuido la producción de la vainilla americana, hay menos productores y menos superficie. Esto está influido por el comportamiento de la producción a escala mundial y básicamente los precios internacionales, pero creo que tenemos el potencial en México para producir vainilla, podemos recuperarla y ser los productores numero uno como lo fue antes”, señaló Juan Hernández, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).

FALTA DE APOYO

La vainilla es una orquídea cultivada desde la época prehispánica en nuestro país; la principal zona productora se localiza en la región del Totonacapan, que se extiende desde la parte norte y costera de Veracruz hasta la sierra norte de Puebla. De acuerdo con los expertos, la falta de organización es uno de los factores que evitan que la producción de esta especie repunte y países como Madagascar, Tahití e Indonesia sigan dominando el mercado mundial, ya que destacan por su nivel tecnológico en la producción.

"En México existen productores con experiencia, terrenos, los árboles tutores, pero nos está faltando organizarnos bien. Los agricultores deben tener el apoyo de las autoridades y en circunstancias de precios bajos es cuando más debe apoyarse al productor para que no abandone sus plantaciones”, señaló Juan Hernández.

De acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera de la Sagarpa, en 2013 la producción de vainilla en el país fue de 463 mil toneladas con un valor de cerca de 34 millones de pesos lo doble que cuatro años atrás; sin embargo, la producción de vainilla natural sigue a la baja pues hace más de tres décadas la auténtica Vainilla de Papantla fue desplazada por la sintética, cuyo costo es 10 veces inferior, por lo que acapara 90 por ciento del consumo nacional.


“Compran vainilla muy barata, pero resulta que es saborizante artificial, que no tiene nada que ver con la vainilla mexicana, y de alguna manera el concepto de vainilla mexicana se está prostituyendo, porque se está llevando un producto de mala calidad. El sabor vainilla es el más vendido en el mundo, más que el chocolate o más que cualquier otro”, indicó Raúl Degetau, fundador del Rancho Veinte Soles, ubicado en Papantla, Veracruz.

Desde la puesta en marcha de su huerto, el ingeniero Degetau ha experimentado el vaivén de los precios, beneficiándose inicialmente de un precio por kilo de 500 dólares y experimentando dificultades con una caída abrupta a 30 dólares en pocos años.

“De 2002 a 2005 el precio de la vainilla a escala internacional tuvo un incremento muy fuerte y vimos que era una oportunidad de negocio buena. El precio del kilogramo depende del mercado mundial y llegó a estar a 500 dólares el kilo y en menos de dos años volvió a bajar a 30 dólares. Lamentablemente por este vaivén de precios muchos productores dejaron o abandonaron sus cultivos”, señaló.

En una extensión de ocho hectáreas, el Rancho Veinte Soles produce vainilla orgánica que, posteriormente, procesan de manera artesanal y comercializan en tiendas de prestigio y también llegan a exportar.

Proceso prehispánico

Para que las vainas de vainilla estén en su punto, deben madurar durante nueve meses y entonces son cortadas. Después se lleva a cabo el proceso de beneficiado, una técnica artesanal como dictan las costumbres totonacas que consiste en secarlas durante 20 días soleados para que desprendan su peculiar aroma y sabor.

“En el rancho, en nuestros mejores años llegamos a producir la tonelada de vainilla en verde; ahorita estamos como en los 200 kilos por las plagas y las sequías. Entonces fluctúa mucho, pero necesitamos mantener una producción. Los compradores que hemos contactado, a escala internacional dicen vainilla mexicana y orgánica toda la que quieras, pero no hay. Es un círculo vicioso”, lamentó.

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