Un grupo de notables conformado por ex presidentes, entre ellos Ernesto Zedillo de México, exigieron a la clase política internacional armarse de valor para reconocer que la lucha antinarcóticos nunca será ganada a menos que se rompa el tabú de la descriminalización
Internacionales
- 2011-06-03
El combate frontal que el gobierno mexicano mantiene contra las bandas criminales del narcotráfico amenaza con generar una “carrera armamentista” entre los delincuentes y las fuerzas del orden, asegura una informe la Comisión Global de Políticas de Drogas, presentado ayer sostiene que tras casi medio siglo de lucha punitiva contra las drogas es necesario cambiar de estrategia.
Además urge hablar abiertamente de la necesidad de descriminalizar drogas blandas como la mariguana, indica. El informe hace referencia a la violencia que el narcotráfico genera, con base en los casos de Australia y Estados Unidos, que no disminuye con intervenciones del orden público y hace referencia al caso México.
“Hay el riesgo de que las agencias de Estado y los cárteles queden atrapados en una especie de ‘carrera armamentista’, donde los esfuerzos del gobierno llevan a un aumento en la fuerza y violencia empleada por los traficantes… desafortunadamente, eso parece ser lo que estamos presenciando en México y en muchas otras partes del mundo”.
Además, en el informe de 24 páginas considera que el principio de “responsabilidad compartida” que ha impulsado EU para presentar un frente contra las drogas, se ha convertido en una “camisa de fuerza” que ha inhibido otras políticas y en una forma de “imperialismo para el control de las drogas” que criminaliza de forma indiscriminada.
“La idea de que el sistema internacional de control de drogas es inmutable y que cualquier enmienda, por razonable o pequeña que ésta sea, es una amenaza a la totalidad del sistema, es de miras estrechas”, sentencia.
En un pronunciamiento que ha tenido como principal destinatario a Estados Unidos, un grupo de notables conformado por ex presidentes entre ellos Ernesto Zedillo de México; a César Gaviria de Colombia y a Fernando Henrique Cardoso de Brasil exigieron a la clase política internacional armarse de valor para reconocer, de una vez por todas, que la lucha antinarcóticos que ha llenado las cárceles durante casi medio siglo, nunca será ganada a menos que cambie la estrategia y se rompa el tabú de la descriminalización. Además, en el dictamen de ésta “Comisión Global de Políticas de Drogas” —una enmienda a la política antinarcóticos de Washington—, se advierte que, pese a las considerables sumas invertidas en la criminalización y en la estrategia represiva, el mercado global de drogas se expande dramáticamente.
“En la práctica, el mercado ilegal de drogas a escala global, controlado por el crimen organizado, ha crecido dramáticamente en ese mismo tiempo”, asegura el dictamen suscrito por empresarios como Richard Branson, fundador de Virgin Group, o los escritores Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa.
Nada más conocer el contenido del reporte, la Casa Blanca reaccionó de forma tajante al reiterar que el debate sobre la legalización “no es un punto de partida” para la administración de Barack Obama. “Facilitar el acceso a algunas drogas, como el reporte sugiere, haría más difícil que podamos mantener nuestras comunidades saludables y seguras”, aseguró Rafael Lemaitre portavoz de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas.
En enero el zar antidrogas de EU, Gil Kerlikowske, hizo patente su “frustración” por los pronunciamientos lanzados por ex mandatarios como Zedillo o Gaviria, quienes han formulado críticas aceradas por el fracaso de la lucha contra las drogas o por su posición a favor de su legalización y reiteró que “la legalización no es la solución”.
En la conferencia de ayer en Nueva York, el ex presidente de Colombia, volvió a demandar a EU que inicie un debate “serio y amplio” sobre el problema de las drogas para encontrar políticas más “efectivas” para reducir el consumo que la prohibición. “Latinoamérica tiene derecho a exigir a Estados Unidos que adopte políticas más eficaces para reducir el consumo”, dijo Gaviria.
A su vez, Cardoso consideró que ya ha llegado el momento de rendirse ante las evidencias y de hablar abiertamente de la necesidad de descriminalizar drogas blandas como la mariguana.
“Empecemos —añadió— tratando la drogadicción como un tema de salud, reduciendo la demanda de las drogas a través de probadas iniciativas educativas y, en vez de criminalizar, regular por la vía legal el cannabis”.
“50 años después de que empezara la Convención Única de Estupefacientes de la ONU (1961) y 40 desde que el presidente (Richard) Nixon lanzara por parte del gobierno de EU la guerra global contra las drogas, es urgente que haya reformas fundamentales en las políticas globales y nacionales de control”, insistió Cardoso, quien encabeza la comisión interdisciplinaria.