Veracruz y la gran farsa de los comicios del 2016

+ CLAROSCUROS, por José Luis Ortega Vidal

Zona Sur

José Luis Ortega Vidal - 2015-12-21

(1)

A punto de concluir el 2015, en la agenda pública de Veracruz sobresalen los temas político/electoral y económico, frente a los cuales sólo compite la inseguridad.

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El tema electoral en nuestro estado no es tal.

Lo sería si viviéramos en una democracia madura, con un sistema republicano consolidado, con tres poderes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial verdaderamente separados, independientes uno de otro, con categoría política y estricto respeto al andamiaje jurídico de parte de todos.

Para ello se requeriría ser la sociedad desarrollada y madura que no somos.

La LXIII Legislatura –como sus antecesoras- apenas conforma un grupo de empleados del gobernador en turno que dice sí a todas sus iniciativas sin cuestionarlas nunca por razones de intereses particulares o por ignorancia.

El poder judicial, por su parte, está conformado por hijos de personajes que conforman la élite del cacicazgo priísta o por representantes de la propia élite que no cuentan con el perfil para interpretar el espíritu liberal y la esencia jurídica de la Constitución y las Leyes que de ella emanan y garantizar que jueces y juezas apliquen justicia en una entidad huérfana también de su procuración.

Lo jurisconsultos que sí lo son en sentido estricto, son seres humanos y no soportan los cañonazos que describió Alvaro Obregón, cuyo brazo ausente –contaban- aparecería en el momento que alguien soltara un billete de alto calibre justo ahí donde estaba enterrado.

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¿Cómo denominar contienda electoral a lo que ocurrirá en el 2016 si se trata de una pugna por el pastel del dinero público entre grupos de poder, sectores, fracciones, poderes de facto amafiados en partidos políticos que mucho tiempo atrás renunciaron a sus contenidos ideológicos o cuyos dirigentes –en sentido estricto- nunca los tuvieron?

¿Qué es la asamblea de delegados del PRI de las que surgirá su candidato en enero próximo, sino un montaje cuyos miembros simplemente levantarán la mano cual títeres en obediencia al cacique mayor que –vía el gran dedo elector- determinará cuál es el personaje que conviene más a sus intereses, no así a los de la sociedad?

¿Qué de democrática tiene una sociedad conformista, agachada, indiferente, condicionada en la cultura de la complicidad que la conduce a emitir su voto, sí, pero comprado vía dinero o “regalos”, y es copartícipe del mapacheo, o asume el abstencionismo bajo el falaz argumento: “de todos modos nos chingan…”?

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Una cosa es el PRI: Partido Revolucionario Institucional.

Otra cosa es el priismo: cultura política que surge a partir de la creación de un México mestizo, con sangre española, africana e indígena y que atraviesa múltiples procesos históricos dialécticos hasta el siglo XX y lo que va del XXI, incluyendo la “docena trágica” conformada por los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón.

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Esa cultura priísta conforma lo que denominamos “el sistema”, es decir al poder represor, manipulador que desde el siglo XIX –particularmente a partir del porfiriato- y a la fecha, mantiene a una oligarquía al frente de los grandes capitales de México y frena el funcionamiento independiente de las instituciones políticas de toda índole que hemos ido creando lentamente, paso a paso, década tras década, después de la Revolución de 1910.

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En Veracruz se reproduce esa lógica oligárquica.

También la falsedad partidista.

De igual modo, la corrupción generalizada –de gobierno, grupos de poder, medios de comunicación, iglesia y sociedad en general- como unos de los grandes factores que explican nuestro fracaso histórico, en forma paralela a la impunidad.

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El simulacro de lucha entre los llamados Yunes rojos y el grupo de la fidelidad tiene de fondo la lucha por la riqueza para que unos cuantos gocen de ella.

La democracia, la justicia social, los proyectos reales para el desarrollo de la entidad y el país no existen.

Los discursos y declaraciones de una y otra parte, por ejemplo, no soportan un debate basado en la lógica y la fundamentación de la teoría y la práxis política.

Del lado azul y ahora salpicado de amarillo, Miguel Angel Yunes Linares será el candidato con amplias posibilidades de ganar pero representa los mismos intereses que sus familiares ubicados al otro lado de la cancha y simplemente por razones étnicas y de profundos intereses comunes nunca se tocarán gane quien gane.

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La candidatura independiente de Gerardo Buganza es falsa.

O eres juez o eres parte y Buganza trabajó cinco años a lado de aquellos a quienes presuntamente buscará quitarles el poder.

Es evidente, entonces, que a Gerardo lo mandaron al ruedo como parte de una estrategia dentro del escenario descrito líneas atrás.

Es exactamente el mismo caso de la renuncia de Juan Bueno Torio, dada a conocer el fin de semana.

Miembro, como Buganza, de la élite económica en Córdoba –región centro montañosa de Veracruz- con lazos familiares y financieros directos en España, Bueno Torio ha vendido caro su amor como la aventurera de Agustín Lara.

Es el respaldo a sus intereses disfrazado de berrinche político.

Así de simple.

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Un ex reportero se reporta hallado en una fosa clandestina de Acayucan, según redes sociales y periódicos digitales e impresos que cayeron en el garlito…

El reportero indaga.

Arriba a una pista: de periodista, Daniel Sánchez Mendoza pasó a trabajar para la mafia.

El fiscal Luis Bravo acude a Coatzacoalcos y le da gran relevancia a la confirmación del dato que el reportero tenía: al ex periodista y ex jefe de prensa en un Ayuntamiento priísta se le acusa de haber operado como “halcón” de los zetas en su natal Jáltipan.

Tal historia, empero, merece narración aparte…

(10)

Otro préstamos de 5 mil millones de pesos al gobierno del estado en plenas fiestas prenavideñas, muy útiles para que la sociedad se distraiga, se dedique a organizar sus convivios y deje pasar todo lo que Príncipe desee.

Pan y circo aconsejaban los romanos…

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