LA SELECCIÓN RECIBE DÍA LIBRE, PREVIO A CUARTOS DE FINAL; LOS JUGADORES PASEAN POR LAS CALLES Y PASAN INADVERTIDOS
Deportes
- 2011-06-15
La lluvia que azota a la Gran Manzana refresca todavía más a los integrantes de la Selección Mexicana, quienes disfrutan su primer día libre desde que inició la concentración para la Copa de Oro.
El glamur de la Quinta Avenida los atrapa, al igual que sus innumerables sitios turísticos y exclusivas tiendas. Allí, entre la multitud, experimentan la añorada sensación de ser uno más. La fama no existe al caminar por las banquetas de una urbe que vive apresurada, demasiado para detenerse y rendirles pleitesía.
Es justo lo que ellos buscan: un respiro. Disfrutan las múltiples gotas que desquician la zona aledaña a Central Park, mientras pueden observar los aparadores con la tranquilidad que no tienen en México. Unos cuantos, muy pocos, los reconocen y solicitan el autógrafo, instante que los devuelve a la realidad que conlleva ser figura pública, pero vuelve la calma.
No necesitan taxi para moverse, mucho menos un lujoso automóvil. El tren que conecta a Nueva York con Nueva Jersey es suficiente. Gastan menos de dos dólares para llegar a la esquina que conforman la Sexta Avenida y la Calle 33, donde se pierden entre la gente.
El outfit les ayuda. Recibieron permiso para no utilizar el atuendo de concentración. Aparecen gorras, jeans, camisetas con estampados y algunos lentes oscuros, innecesarios cuando se desata la tormenta. El objetivo es pasar lo más desapercibidos posible.
Lo consiguen durante casi toda la tarde. Hasta Javier Hernández camina varias cuadras sin detenerse a posar o a firmar una playera. Goza el sui géneris momento, al igual que sus compañeros, quienes forman grupos por gustos y afinidades.
Efraín Juárez, Gerardo Torrado, Pablo Barrera, Israel Castro y Jonathan Orozco conviven las casi 10 horas que les fueron otorgadas. Alfredo Talavera, Aldo de Nigris, Elías Hernández, Ángel Reyna y Jesús Zavala integran otro contingente; aprovechan para entrar juntos a tiendas e intentan huir cuando ocasionalmente son identificados.
Andrés Guardado y Giovani dos Santos muestran empatía hasta en la forma de vestir: playera blanca, mezclilla negra y gorra de algún equipo de las Ligas Mayores de Beisbol.
Las luces de Times Square atrapan la atención de todos, al igual que muchos aparadores. Entrar a la catedral de San Patricio es parte fundamental del recorrido, al igual que los sitios en los que se vende ropa de las marcas más reconocidas y lo último en tecnología y moda.
Carlos Salcido prefiere dedicar el tiempo libre a su esposa e hijos. El lateral izquierdo abandona el hotel de concentración en compañía de su familia. También se trasladan a la Urbe de Hierro, pero los pequeñines dictan el itinerario.
El cuerpo técnico también busca un "oasis espiritual". José Manuel de la Torre y sus colaboradores disfrutan la oportunidad de tener un día especial, aunque el rostro del estratega delata su eterna concentración. Todo concluye en un exclusivo restaurante. La cena marca el inicio de la segunda etapa en la Copa de Oro... Y las gotas no dejan de caer.