Construcción del mercado de Tlapacoyan, albergue de indigentes y basurero

+Se sigue observando el tortuguismo y valemadrismos de las autoridades para poder destrabar los recursos económicos para concluir esta importante obra

Zona Norte

Juan Carlos Jiménez Benavidez - 2017-10-06

A pocas semanas de que se cumplan seis años del siniestro que consumió el mercado municipal de Tlapacoyan, se sigue observando el tortuguismo y valemadrismos de las autoridades para poder destrabar los recursos económicos para concluir esta importante obra que beneficiara no solo a los comerciantes, sino gran parte de la población.

Mientras esto suceda, que las autoridades se dignen en aprobar los presupuestos y recursos necesarios, el esqueleto de los que será la nueva central de abastos para este municipio se ha convertido en un albergue de indigentes y un basurero, así como un criadero de mosquitos transmisores del dengue.

Donde nadie pone atención a esta situación, siendo necesario el interés de las autoridades locales pero más aun de los propios comerciantes por mantener limpio este espacio que algún día volverán a ocupar cuando se encuentra construido al 100%

Toda vez que personas que por no gastar de 3 a 5 pesos hacen sus necesidades fisiológicas al interior de lo que serán los locales comerciales, personas que no pueden gastar 3 pesos para depositar su basura en el camión recolector dejando sus desechos ahí, y personas que por su condición de indigente encuentra un buen espacio de resguardo y donde poder pasar la noche.

Por lo que el propio comité pro construcción también requiere activarse, no solo para conocer los avances del destrabe de recursos sino para solicitar a las autoridades locales su apoyo para mantener limpia esta construcción que también ya empieza a deteriorarse y la cual puede llegar a grado de ya no ser funcional.

Desafortunadamente el triste el panorama que se ve al interior de esta construcción que de seguir así, solo será un elefante blanco más de la administración estatal que será heredado cada periodo gubernamental hasta que alguien se digne en destrabar los recursos.

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