Ya no hay duda: sí hubo mal manejo de recursos

Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

2015-11-24

Lo bueno, si breve, dos veces bueno, escribió Baltasar Gracián en Oráculo y arte de prudencia en 1647.
Esto se puede aplicar muy bien al brevísimo texto introductorio que leyó ayer en su comparecencia en la Legislatura con motivo del V Informe de Gobierno el Contralor General del Estado, Ricardo García Guzmán.
El panuquense se dejó de rollos, no le aplicó a los diputados ni al público que lo escuchaba la aburridora y prefirió dar puntual respuesta, hasta donde la prudencia política se lo permitió, a las preguntas que llevaban preparadas y le hicieron los legisladores.
Se le critica porque en ocasiones respondió con un sí o con un no, pero a veces no es necesario decir tanto para decir mucho.
El mejor ejemplo de ello fue cuando el diputado panista Julen Rementería del Puerto con un solo sí pudo concluir “quien miente” en el tema de las denuncias sobre “aviadores” y venta de plazas en la Secretaría de Salud que el exsecretario del ramo, Juan Antonio Nemi Dib, afirma que presentó y que el actual titular, Fernando Benírez Obeso, niega que existan.
Julen le había pedido ser claro y que respondiera sólo con un sí o con un no –“no me diga quién miente”– sobre si existían las denuncias.
Hizo malabares el Contralor pero le entró al toro: “Muy complicado decir un sí o un no. Yo tengo en mis archivos un documento que en su momento dirigió el licenciado Nemi al secretario de Salud, informándole de la presentación de algunas denuncias que se hicieron a lo largo y ancho del territorio veracruzano”.
¿Necesitaba decir más?
Lo más grave es que seguramente habían informado mal sobre el caso al propio gobernador Javier Duarte, pues éste por la mañana en conferencia de prensa había dado la razón a Benítez negando que hubiera denuncias y había dicho que Nemi se había equivocado.
El papel de Ricardo no es nada fácil ni su posición la mejor, pero, advierto, ha decidido actuar con estricto apego a la legalidad y a la realidad, sin buscar quedar bien con nadie, por una simple pero alta razón: sí él encubre a alguien u oculta información y la niega, tarde o temprano pagará las consecuencias legales, y lo sabe muy bien y está consciente de ello.
Cuando tomó posesión de su actual cargo, en julio del año pasado, recordé y escribí que fuimos compañeros en el gobierno del licenciado Miguel Alemán Velasco, él en la Contraloría y yo en Prensa, y comenté una anécdota.
Un día estando en su oficina le pregunté si era cierto que había parado un negocio multimillonario que estaba a punto de realizar un secretario de despacho abusando de su cargo. Me confirmó que sí, que la instrucción de que lo evitara se la había dado el propio gobernador, que ya le había notificado al funcionario, pero que era de mucha cuantía lo que había parado que incluso temía por su vida.
Eso me dio –y me sigue dando– idea de la enorme responsabilidad que tiene si quiere cumplir bien su función como, creo, la está cumpliendo.
Él no es ningún improvisado y me consta que incluso muchos especialistas en fiscalización administrativa gubernamental con grado de doctores lo reconocen como el mejor o como uno de los mejores, porque me lo han dicho.
Por eso sé también que, en efecto, gracias a su experiencia y conocimiento del tema que maneja, así como por sus excelentes relaciones con los funcionarios de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), del titular Juan Manuel Portal Martínez para abajo (Ricardo fue coordinador nacional de la Comisión Permanente de Contralores Estados-Federación), logró cuadrar y que se solventaran casi la mayoría de las denuncias por presuntos malos manejos de los recursos públicos que había presentado la ASF ante la Procuraduría General de la República, salvando a varios funcionarios públicos que, me han dicho, ni las gracias le han dado.
Pero así como pudo hacer eso, igualmente sabe muy bien que hay cosas que ya no se pueden salvar y de ahí que no haya dudado en reconocer que no se podrán comprobar 3 mil 600 millones de 5 mil 800 que fueron observados por la ASF correspondientes a la cuenta pública 2013.
García Guzmán fue claro: la ASF realizó 44 auditorías al Gobierno de Veracruz, con un monto auditado de 38 mil millones de pesos y un monto observado por 11 mil 100 millones, de los cuales ya se solventaron 5 mil 300, pero están pendientes todavía 5 mil 800, de los que esperan comprobar 2 mil 200, no así 3 mil 600, que necesariamente tendrán que ser reintegrados, devueltos a la Tesorería de la Federación, so pena de que haya nuevas denuncias ante la PGR, esto es, ya sólo hay de una sopa: o se devuelven o se devuelven.
Seguramente fue difícil para él dictar sanciones contra funcionarios y exfuncionarios, el exsecretario de Finanzas, Mauricio Audirac Murillo, el más significativo, acusado de omisión por no haber entregado información para solventar la aplicación de recursos públicos de los ejercicios 2008, 2009 y 2010 (inhabilitación de diez años para desempeñarse en el servicio público y multa por 29 millones, 383 mil 981 pesos), pero no le quedaba de otra. Si no lo hacía, mañana él mismo sería denunciado por omisión.
No se sabe qué va a pasar ahora con él después de haber dicho la verdad sobre la situación de la administración pública estatal por cuanto hace a auditorías, solventaciones y pendientes que se tienen, el más preocupante la devolución de los 3 mil 600 millones de pesos, pero Ricardo ha dicho lo que todos los veracruzanos queríamos saber y escuchar, lo que, por lo demás, quitará presión al Gobierno si acepta sin ningún rubor la situación y ofrece reintegrar el dinero pero, además, si también decide actuar contra los responsables del desaguisado que, según tengo entendido, están bien señalados.
A juicio mío, en este momento el Contralor es el mejor aliado que tiene el gobernador Javier Duarte para salir lo más limpio posible cuando deje la gubernatura. Si no se le sostiene en el cargo, si no se le apoya y si no se le deja que actúe en contra de los responsables, se dejará ir la gran y acaso última oportunidad para salvar a esta administración de consecuencias legales a futuro. Si no se hace ahora, el nuevo gobernador lo hará con consecuencias ahora imprevisibles.
Una cosa nos queda claro a los veracruzanos: sí hay, sí hubo mal manejo de los recursos públicos. Lo mejor, que una voz autorizada de adentro mismo de la administración por fin lo ha aceptado y lo ha dicho con toda claridad. Todos esperamos ahora que se actúe en consecuencia.
Buganza, también aprieta el paso
Ayer comenté que tanto Tomás Ruiz González como Miguel Ángel Yunes Linares están apretando el acelerador en su aspiración de ser candidatos al gobierno de Veracruz. Pero otro que no se queda atrás es el aspirante independiente, Gerardo Buganza Salmerón. En sus cuentas de Facebook y Twitter escribió: “En la Casa de Independientes en Xalapa, este lunes se realizó el primer curso de capacitación a nuestras diferentes estructuras que en los 30 Distritos Electorales han empezado un intenso trabajo de promoción para Generar Bienestar. ¡Vamos Independientes!” El sábado pasado, Buganza inauguró otra Casa de Independientes en Boca del Río e hizo mucho ruido con una caravana de más de 200 taxistas y en las colonias Manantiales y Carranza.
El IVEA, un gran trabajo
Sólo cuando se tienen resultados es posible hablar con la seguridad y el entusiasmo que le vi ayer a la Directora General del Instituto Veracruzano de Educación para los Adultos, Socorro Sandoval Vázquez. Durante una comida con columnistas nos platicó ayer detalles y nos ofreció cifras, fechas, lugares, montos de todo lo logrado y dónde y cuándo. La ocasión sirvió para celebrar, de paso, el cumpleaños de su jefa de Prensa, la compañera Mónica Fadanelli Hernández, del aprecio de todos nosotros.