Sobre la autonomía de la CEAPP
Arturo Reyes Isidoro
Prosa Aprisa
2017-01-17
Me había estado resistiendo a tratar en esta columna el tema de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP) porque como dijera el extinto y siempre bien recordado Filósofo de Güemez, una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.
Pero una opinión de Guadalupe “Lupita” Mar, compañera mía desde hace muchos años, catedrática de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (Facico) de nuestra Universidad Veracruzana, una opinión seria y autorizada la suya, expresada con verdadera preocupación sobre el organismo y ajena a las miserias humanas que en varios casos han aflorado de supuestos compañeros nuestros desde que se renovó la CEAPP, me han animado a entrarle al toro por los cuernos (creo que será la primera y última vez que me ocupe del asunto).
Dijo Lupita en conferencia de prensa que es necesario que se legisle la designación de sus integrantes porque no existe un mecanismo que establezca quiénes habrán de integrarla, por qué los consejeros y el secretario ejecutivo fueron designados desde el aparato gubernamental.
Reportera en su momento y columnista hoy como en mi caso, la periodista oriunda de Poza Rica pero radicada en el puerto de Veracruz casi desde siempre, planteó la necesidad de “estipular la norma o sugerirla a los legisladores para que se clarifique la representación de quienes la encabezan o incluso si es que debiera existir y qué funciones debe tener específicamente”.
Ella no ha hecho más que interpretar el sentir creo que de todos o al menos de la mayoría de quienes somos verdaderos periodistas y nos consideramos como tales por derecho propio porque lo tenemos acreditado con nuestros años de ejercicio como pueden dar fe de ello nuestros fieles lectores.
Quienes integramos ahora la CEAPP a partir de finales del mes pasado, todos, porque así lo establece la Ley que la creó, fuimos propuestos por el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, aunque algunos, al menos en mi caso –tengo el testimonio personal de otro compañero, igual–, no aceptamos de inmediato. Yo tenía mis reservas y así lo expresé.
El pasado miércoles 11, durante un largo diálogo en el que nos escuchó con respeto y toda atención, el Gobernador nos recibió en audiencia, la primera que otorgó a la CEAPP. En mi caso le expresé que desde su creación yo era uno de quienes se había opuesto a que se instituyera y que en realidad nunca me había interesado y que por lo tanto casi ignoraba todo sobre ella.
Mi razón, le expuse, es que no podía creer que el mismo gobierno que tomaba represalias contra nosotros, el de Javier Duarte, creara una comisión que dizque nos iba a defender. Era una verdadera contradicción. En los archivos están algunas columnas en las que critiqué a algunos de sus integrantes por la ignorancia manifiesta que mostraban con sus declaraciones sobre lo que es el trabajo periodístico y la situación de los periodistas en Veracruz.
Le comenté que incluso yo creí que iba a desaparecer el organismo pero que ya que nos había propuesto y la Legislatura aprobado, había entonces que hacer lo correcto para lo que le pedí su apoyo a la propuesta que interpretando el sentir de todos había hecho el compañero Mussio Cárdenas Arellano, de que dotara a la CEAPP de autonomía real para que ya no fuera ningún gobernador en el futuro quien propusiera a los integrantes, que se legislara al respecto, exactamente la misma inquietud que ha expuesto Lupita Mar.
No dejé de recordar que él había sido el impulsor de dotar de autonomía plena a la Universidad Veracruzana durante el gobierno de Patricio Chirinos, y le dije que la primera vez que nos habíamos reunido todos antes de que rindiéramos protesta en el Congreso local, incluso sin conocernos algunos, el primer tema del que se había hablado, con el que habíamos llegado, era el de buscar la autonomía verdadera del organismo.
Yunes Linares no sólo se mostró receptivo, sino que nos respondió que le habíamos ganado la iniciativa e incluso nos anunció que en ese mismo momento instruía que se dotara de local propio a la Comisión. Seguramente, en su momento, en su calidad de titular del Ejecutivo del Estado, habrá de informar públicamente con detalles al respecto, o cuando tenga la Iniciativa de Ley respectiva.
En lo personal quiero dejar claro que cuando se me invitó no se me impuso ninguna condición ni se me ha intentado dar indicación alguna, que además no aceptaría. Creo que es el caso de mis demás compañeros.
Algo que se expuso durante la mesa de trabajo fue que durante los pasados actos vandálicos, ni por parte de los vándalos ni por parte de los policías se había agredido a algún reportero, por lo que nuestra petición era que esa sea la constante: que las fuerzas de seguridad y los mismos funcionarios sean los primeros en respetar el quehacer periodístico, a lo que se comprometió. Hubo más temas, todos relacionados con la función propia de la Comisión, sobre los que por su secrecía no se puede decir más.
Mis compañeros Ana Laura Pérez Mendoza, presidenta (la elegimos en votación democrática los consejeros), y el secretario ejecutivo Jorge Morales están trabajando, incluso enfrentándose a los intereses creados que se resisten a ceder y que hasta han buscado padrinos influyentes para que los sostengan. Nos han informado de muchas anomalías que han encontrado, pero que tampoco en este espacio voy a ventilar porque corresponden al ámbito interno.
Digo líneas arriba que nunca me interesé por la Comisión hasta ahora. He leído la Ley que la sustenta y su normatividad. Creo que lamentablemente muchos hablan de ella desde su desconocimiento y, tengo que decirlo bajo mi propia responsabilidad y de nadie más, algunos sólo ven al organismo como si fuera un botín. Jorge Morales –eso creo que nadie se lo perdona– está tratando de adelgazar la nómina e incluso ya hizo reducción de su presupuesto (todos nos fuimos de espaldas cuando nos enteramos que en el pasado reciente hubo alguien que cobró un aguinaldo de ¡186 mil pesos! cuando a la verdadera tarea sustantiva se dedica lo mínimo).
Una propuesta que hemos hecho es que dado que se manejan recursos públicos, sea el Orfis el que fiscalice el manejo de los mismos, pero todo conforme a las normas legales-administrativas y no a capricho de nadie. En el pasado, la misma que fiscalizaba era la misma que permitía las anomalías, según se nos ha informado.
Lo ideal será que nunca se agreda a un periodista en Veracruz. El Gobernador ha reiterado su compromiso de respeto absoluto a los periodistas y a su trabajo. Pero dado que el organismo existe, al propio Ejecutivo –como también a quienes ahora formamos parte de él– lo va a honrar que sea una Comisión de periodistas para defender a los periodistas y que se le dote del mecanismo legal para que a través del método que se cree sean ellos mismos quienes designen a quienes deban defender sus intereses, para lo cual ya está dando los pasos necesarios y de cuyos detalles estaremos pendientes.
En mi época de reportero –lo he comentado internamente– nosotros mismos nos defendíamos solos. Pero, me han dicho, los tiempos han cambiado y ahora mis compañeros están expuestos a riesgos y peligros que no existían antes. Entonces, hay que buscar protegerlos. A los integrantes de la CEAPP nos anima esa intención aunque, lo repito, deseamos que mejor no se agreda ni se atente contra uno solo. También, aunque calladamente, se trabaja en la acción preventiva con instancias del gobierno.
No me volveré a ocupar del tema. Mejor trabajo callado pero efectivo. De las opiniones críticas, aunque algunas sean con dolo para algunos de mis compañeros, qué bueno que se expresen. De eso se trata, de que todo mundo diga su verdad y de que se garantice el clima para que lo puedan decir. Nosotros somos los primeros que debemos poner el ejemplo de respeto y tolerancia para poder exigírselo con autoridad al gobernante.