Internet, redes y campañas políticas
Américo y la reestructuración de la deuda
Luis Alberto Romero
Hora Cero
2017-03-17
A pesar de que Veracruz no se encuentra en la lista de las 15 entidades del país con mayor porcentaje de usuarios de telefonía celular o de hogares con internet, es incuestionable el aumento en el número de veracruzanos que utilizan computadoras o teléfonos inteligentes con acceso a la red, lo que ha convertido a las tecnologías digitales en el nuevo campo de batalla para las campañas políticas.
Hoy, sobre todo en ciudades medias o grandes, no se entendería un resultado electoral sin conocer las tendencias en las redes sociales y en el manejo de la información en esas plataformas.
A propósito de ese tema, dl Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, Inegi, dio a conocer el pasado 14 de marzo los resultados de la Encuesta Nacional Sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares, estudio que establece que en nuestro país 65.5 millones de habitantes mayores de seis años utilizan ese recurso, ya sea para entretenerse, comunicarse, informarse o hasta para comprar o vender bienes o servicios.
La cifra dada a conocer por el Inegi habla de un incremento en el uso de las tecnologías de la información de 2.1 puntos porcentuales en el periodo de 2015 a 2016.
Por otro lado, el número de personas que utilizan teléfonos inteligentes pasó a 50 a 60 millones en dicho lapso.
En el ámbito nacional, 65.5 millones de mexicanos utilizan internet; es decir, casi el 60 por ciento de la población nacional; en tanto que de acuerdo con la encuesta oficial, hay más de 81 millones de personas con teléfonos celulares, de los cuales 60.6 millones corresponden a teléfonos inteligentes o Smartphone; en ese punto se registra un incremento de casi 10 puntos porcentuales en un año.
La tendencia también establece una reducción en el número de usuarios de las computadoras (4.3 por ciento), debido, infiere el estudio de Inegi, a la sustitución de tecnologías; en pocas palabras, la gente usa más los teléfonos inteligentes y menos las computadoras.
Por supuesto, es normal el aumento en el número de hogares con internet en las últimas dos décadas. En 2001, por ejemplo, había 15 millones de usuarios de dicha tecnología en el país; hoy hay 15.7 millones de hogares con internet. Sólo de 2015 a 2016, la cifra pasó de 39.2 a 47 por ciento.
En el caso de Veracruz, la encuesta de Inegi señala que el porcentaje de hogares con internet apenas llega al 30 por ciento, lo cual ubica a la entidad veracruzana en la parte baja de la tabla, superando únicamente a Puebla, Tlaxcala, Oaxaca y Chiapas, estados con un alto nivel de marginación y rezago social.
En cuanto al uso de la telefonía celular, Veracruz se encuentra en la media tabla nacional, alrededor del 73 por ciento. Sin embargo, vale la pena destacar que el un año, el aumento en dicha cifra fue de casi 8 puntos porcentuales, dado que en 2015, sólo 65 por ciento de los veracruzanos contaba con esa tecnología.
El tema del uso de esas tecnologías nos remite a la nueva realidad de las campañas políticas en el país y en estado. Hoy, los partidos y candidatos canalizan cada vez más recursos y esfuerzos a fortalecer su presencia y su imagen en páginas de internet y particularmente en redes sociales. Se trata de una tendencia que ha crecido de forma considerable en la última década y que, con seguridad, será la que determine en gran medida el rumbo de las próximas elecciones.
Américo y la reestructuración de la deuda
llamó la atención, sobre todo a priístas, el reciente pronunciamiento del alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga Martínez, a favor de que camine la reestructuración de la deuda estatal que este viernes podría tener un nuevo desenlace para bien de todos.
“Como veracruzano y como presidente municipal, aspiramos a que la administración estatal tenga los elementos para hacer frente a todos los temas que existen en Veracruz. Queremos que al gobierno le vaya bien, queremos que al gobernador le vaya bien”, señaló el munícipe xalapeño.
Se trató de una lección de civilidad y una muestra de responsabilidad de la autoridad municipal en la capital del estado.