La corrupción somos todos

ÁNGEL ÁLVARO PEÑA

ALMA GRANDE

2020-10-07

Cuando la lucha contra la corrupción no sólo es una promesa de campaña sino una bandera que debería caracterizar a la actual administración, sólo tiene un frente en el tiempo y en el espacio. Porque en el tiempo la actual administración tiene en la mira a los funcionarios públicos del pasado. Y en el espacio que no se aproxime a los lugares donde hay gente del actual Gobierno.

Es decir, la lucha contra la corrupción se libra en el pasado y fuera de la administración pública, cuando en realidad debe ser un proceso que avance todos los días sin tomar en cuenta tiempo ni espacio.

La lucha contra la corrupción debe ser generalizada, sin privilegios, sin distingos, sin fueros. De otra manera no puede existir una lucha real contra nada y menos contra este mal que pareciera no sólo es contagioso, sino propio de la administración pública, sin importar el partido que gobierne.

Actualmente, dentro y fuera de los gobiernos de Morena, hay hechos, sucesos, que a pesar de que públicamente se conocen no son investigados, ya sea porque no informan veraz y oportunamente al Presidente o porque éste no quiere investigarlos.

No se trata de un caso ni dos, la red de corrupción abarca toda la República y lo mismo sucede en las administraciones municipales que en las gubernaturas, donde no sólo son secretos a voces, sino que hay gente dispuesta a testificar sobre los malos manejos de las administraciones de Morena y nada se hace.

Hay, por ejemplo, un estado donde la gente está harta del gobernador, donde su pasividad e ignorancia es lo de menos, porque hay malos manejos en comisiones que no deben cobrarse, en moches, propinas, tráfico de influencias, etc. Son muchos delitos, pero cuando se le informa al Presidente, éste asegura que ese gobernador es honesto y está orgulloso de él.

Mientras la población de ese estado no sólo se indigna sino que comienza a perder la confianza en el propio Presidente de la República, quien pareciera estar ciego o simplemente lo tiene entre sus preferencias y esto implica que puede hacer lo que se le pegue la gana con el dinero de esa entidad.

El caso del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado es un claro ejemplo de que precisamente en el lugar donde quiere atacarse la corrupción, ésta se produce y reproduce. El 22 de septiembre renunció a este instituto de nombre rimbombante su titular, Jaime Cárdenas. Minucioso en su trabajo y de gran experiencia en la administración pública, prefirió ver físicamente los inventarios en el ejercicio de la entrega recepción de los objetos puestos en custodia mientras eran vendidos.

Se sabía que había piezas de joyería dañadas y bajo el resguardo del personal del mismo instituto, como brazaletes, collares, aretes y pulseras.

Se levantó la denuncia, por ejemplo, de un collar de oro blanco de 14 kilates con 27 diamantes y 27 zafiros, al que le fueron retirados los diamantes, siete zafiros y tres gramos de oro.

La mutilación de la pieza era tan burda que era evidente su alteración, incluso surgen testigos que afirman saber el nombre del taller del Centro Histórico donde fue realizada dicha mutilación. Como esta pieza hubo otras.

Se le comunica al Presidente y en lugar de mandar a investigar lo niega. Ni siquiera abre la posibilidad de dudar sobre las acusaciones vertidas en los medios. Ante la falta de credibilidad generalizada en los medios, ya nada es real, cuando en realidad ante la insistencia debió actuar de inmediato.


La bandera de la lucha contra la corrupción es selectiva. Esperemos que sea por falta de información y no por complicidad. PEGA Y CORRE. – La prórroga para las elecciones en Morena por parte del Tribunal Electoral descarrila a más de un candidato hacia la presidencia del partido, cuyo cambio de dirigente será hasta pasadas las elecciones… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.



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