Clientela electoral
JAVIER ROLDÁN DÁVILA
La insoslayable brevedad
2021-05-13
Para el jodido la democracia, al igual que la mercancía, se fetichiza
Los mexicanos vivimos un bonche de procesos electorales concurrentes, que bien podrían definirse como la madre de todas las elecciones, pero fuera del récord, vamos peor.
Los analistas, al igual que los que tienen paciencia de santo, pueden comprobar que la gran mayoría de aspirantes, sólo se diferencian por el partido que los postula, pero en esencia, son lo mismo.
Más allá de la bandera ideológica (en realidad su tótem es el poder), los contendientes plantean exactamente lo mismo: mantener a los electores como clientela, por lo tanto, lo único que ofrecen son canonjías, no oportunidades de desarrollo.
Así pues, escuchamos vulgares cacareos disfrazados de propuestas, en los que ofertan tarjetas rosas, despensas dignas, becas copeteadas, jacuzzis comunitarios, internet y computadoras para todos, tiempo aire solidario y kits sabatinos básicos para los crudos.
Ni por error nos enteramos que alguien proponga ideas viables para paliar la pobreza, eso no, si los menesterosos disminuyen, entonces hay menos posibilidades de cooptar el voto.
El objetivo es ver quien regala más, además de detectar cuáles son los segmentos poblacionales, que aún no están enlistados en algún programa social.
¡No se hagan bolas! gritan los expertos del marketing, el mejor nicho para obtener sufragios son los necesitados y como dijo don Claridoso: ¡los pobres son de quien los empadrona!