La inviabilidad de Marcelo

JAVIER ROLDÁN DÁVILA

La insoslayable brevedad

2021-06-21

Su candidatura sería de una sutileza semejante a un choque de trenes

Más allá de sus talentos administrativos y de su lealtad al proyecto de la 4T, el canciller, Marcelo Ebrard, ya no tiene gran futuro político, su candidatura a la presidencia en 2024 no es imposible, pero su factibilidad es mínima.

La respuesta que dio Luis Almagro, secretario General de la OEA, a las críticas del jefe de la diplomacia mexicana, fue devastadora: “Hablando de mala gestión… como yo soy buena gente, por mi parte le deseo que ninguna obra más que él haya hecho como jefe de gobierno de Ciudad de México se derrumbe, sin perjuicio de mi solidaridad de las víctimas de la línea del metro”.

Así pues, cuando el Chelito llegue a cualquier lugar, las murmuraciones no se harán esperar: mira, durante el gobierno de ese buey se hizo la Línea 12 del Metro de la CDMX, sí, la que se colapsó y provocó la muerte de 26 personas.

No habrá rincón sobre la Tierra, en el que Ebrard pueda escapar de miradas y comentarios recriminatorios, aunque no lo acepte, quedó convertido en estatua de sal.

En términos prácticos, el trágico accidente implica para el susodicho, lo que el magnicidio de Luis Donaldo Colosio, significó para su mentor Manuel Camacho: quedaron vetados.

Ni hablar, el alicaído funcionario se equivocó al querer ajustar los tiempos de la ingeniería civil a los de la política, esperemos que su actual patrón lea bien el mensaje.

Y, por cierto, no hay Mancera expiatorio que le funcione.