Hasta la madre

JAVIER ROLDÁN DÁVILA

La insoslayable brevedad

2021-07-16

Perogrullo dixit: la vacuna no es una tabla de surfear

Implacable, la tercera ola de la pandemia de COVID19 ya llegó a territorio mexicano, en los últimos días, el aumento en los casos positivos de contagio es más que notorio.

En este contexto, la estrategia de las autoridades consiste en exhortar a la ciudadanía, en particular a los jóvenes, para que no desechen las recomendaciones sanitarias básicas: lavarse las manos con frecuencia, usar cubrebocas y mantener la sana distancia.

Desde luego, en los tres niveles de gobierno rechazan la posibilidad de ordenar otro confinamiento o mínimo restringir las medidas de movilidad, la recuperación económica está prendida con pincitas y cualquiera de las dos opciones serían catastróficas para ello.

Sin embargo, apostar a la autorregulación es un triple salto mortal sin red, sobre todo, porque a casi 16 meses de iniciada la emergencia, el hartazgo es proverbial, los chavos que salen a la vida del capullo hogareño no tienen la intención, en lo general, de continuar como rehenes del fatídico bicho.

La sensación es similar a la de cualquier criminal famoso que, prófugo de la justicia, vive siempre huyendo de un aparato que no se cansa de perseguirlo hasta que ocurre lo inevitable, contra toda lógica, el asediado se exhibe en la búsqueda de sus querencias.

Así pues, mujeres y hombres en plenitud, sensuales por naturaleza, honran al instinto para socializar en sus actividades favoritas que, en la enorme mayoría de los casos, incluye el contacto físico.

Ni hablar, el infinitesimal virus, nos pega en lo que nos da viabilidad como civilización: la capacidad de ayuntar, entiéndase esto, en todos sus conceptos.

¡Al carajo con la vida digital! nadie experimenta en intubación ajena.