* DOS ATENTADOS EN 9 DÍAS
Raymundo Jiménez
AL PIE DE LA LETRA
2021-07-27
Nueve días antes del atentado contra el subprocurador del Medio Ambiente, Ernesto Cuevas Hernández –quien quedó gravemente herido al ser baleado la noche del pasado viernes 23 en la zona de florerías del Panteón Xalapeño–, en la Ciudad de México ocurrió otro hecho similar que aparentemente no tendría que ver con el ataque al ex alcalde de Juchique de Ferrer pero sí con el gobierno del estado de Veracruz.
Este otro caso, a diferencia del protagonizado por el ex diputado local apodado “El Gallo Bolo”, no tuvo ninguna resonancia mediática en la capital veracruzana. Tampoco las autoridades estatales se han referido a él.
Ángel Gabriel Nácar Esparza, un policía estatal de Veracruz, fue ejecutado la noche del miércoles antepasado, 14 de julio, al interior de una cafetería Starbucks en la plaza comercial Zentralia, ubicada en la colonia Los Picos, en Iztapalapa.
La principal línea de investigación iniciada por las autoridades capitalinas está relacionada con las actividades del uniformado, quien se encontraba en la Ciudad de México, presuntamente de descanso; sin embargo, lo cotejado por los agentes señalan también que la víctima estaba relacionado con actividades ilícitas en Veracruz.
De acuerdo con la carpeta CI-FIEDH/2/UI-1C/D/00238/07-2021, Nácar Esparza se encontraba en la zona de la terraza de la cafetería, lugar hasta donde llegaron sus agresores que le dispararon en repetidas ocasiones con un arma 9 milímetros, mismo calibre de los balazos que recibió “El Gallo Bolo”.
Su cuerpo quedó boca abajo y con el rostro pegado a los ventanales que dividen el interior con la zona para comensales.
Los empleados de la cafetería narraron que al escuchar los disparos se tiraron al suelo. Y no obstante que ignoraban qué sucedía en la parte exterior, activaron el botón de pánico con el que cuentan todos los establecimientos de Starbucks.
Dicho sistema conecta con la seguridad privada de esta cadena de cafeterías, identificada como CADEA. Luego de que cesaron los disparos, arribaron las unidades de la policía capitalina que encabeza Omar García Harfuch, quien el 26 de junio del año pasado sobrevivió a un atentado, cuyo vehículo oficial recibió 414 balas de alto calibre.
Al revisar el cadáver, encontraron que Nácar Esparza portaba entre sus pertenencias una credencial expedida por el Gobierno del Estado de Veracruz, que lo acreditaba como elemento de la Policía Estatal.
En el lugar de los hechos los peritos contabilizaron al menos ocho casquillos percutidos. La víctima vestía pantalón de mezclilla color azul, tenis blancos, chamarra negra y una gorra gris.
En un primer instante, diferentes versiones señalaban que al sujeto lo habían intentado despojar de sus pertenencias; sin embargo, la línea del robo quedó descartada al demostrarse que se trató de una agresión directa.
Luego de que se hiciera el levantamiento del cuerpo, los agentes constataron que se trataba de un policía activo y que presuntamente se había tomado unos días para estar en la capital del país, en donde fue ejecutado.
¿En la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), a cargo de Hugo Gutiérrez Maldonado, desconocían sus pasos o acaso tenía la protección del algún poderoso padrino?
Lo que está por verse es si el gobernador Cuitláhuac García sabe de este caso o si le estarán ocultando tan delicada información. Y es que el mandatario estatal y el presidente Andrés Manuel López Obrador acaban de reiterar el pasado fin de semana que en Veracruz ya no hay acuerdos con grupos criminales como en el pasado.