La ley de Economía Circular

JAVIER ROLDÁN DÁVILA

La insoslayable brevedad

2021-11-22

Pretendió matar el tiempo, pero éste siempre actúa en defensa propia

La semana pasada los senadores aprobaron la Ley General de Economía Circular con un total de 87 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones.

De acuerdo a la Fundación Ellen MacArthur, la economía circular “es un sistema de producción y consumo basado en la restauración y regeneración de los recursos necesarios para la materia prima; los recursos son utilizados de manera más eficiente y son retenidos el mayor tiempo posible”.

Aunque los estamentos aprobados no son los mejores, “su valor reside en que abren la posibilidad de iniciar el proceso de transición de una economía lineal a una circular” como lo señala la senadora Xóchilt Gálvez.

El asunto de fondo no es menor, el Cambio Climático asociado a la actividad humana, resultado de un modo de producción depredador, como lo es el capitalista, nos marca un límite en el proceso civilizatorio: si no se transforma el paradigma de producción la viabilidad del género humano, y el resto del ecosistema mundial, está en riesgo.

En términos prácticos, esto implica una revolución de gran calado cuyo resultado final, por medio de mecanismos pedagógicos, incluye la muerte del american way of life o lo que es lo mismo, un dardo en el corazón del sistema vigente, no más homo sapiens consumista.

En este contexto, no obstante, la relevancia del tema (¿hay algo más importante que el futuro comunitario?), 41 senadores tuvieron encargos más urgentes que votar en el pleno.

Dado esto último y por el bien de todos (pobres, fifís, chairos, neoliberales, etc.) esperemos que lo aprobado no sea sólo para ubicarse en el ámbito de lo políticamente correcto, porque como bien dice el clásico: Dios perdona, el tiempo no.