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Salvo uno que otro “charalito”, pero hasta ahora ningún pez gordo de la anterior administración estatal –incluido el ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, contra el cual, desde sus respectivas campañas, tanto el presidente Andrés Manuel López Obrador como el actual mandatario veracruzano Cuitláhuac García hicieron graves señalamientos por presunto enriquecimiento ilícito y vínculos con grupo criminales– ha sido realmente investigado, detenido, procesado y llevado a prisión por la Fiscalía General del Estado (FGE).
Hasta el momento, el caso más destacado ha sido el del ex subsecretario de Finanzas y Administración de la Sefiplan, Bernardo Segura Molina, recluido en Pacho Viejo desde octubre de 2019, casi un mes después de que el Congreso local destituyera al abogado yunista Jorge Winckler Ortiz como titular de la FGE.
En esa ocasión se giraron órdenes de captura en contra de la ex secretaria de Finanzas y Planeación, Clementina Guerrero; del ex tesorero Adrián Viccon Basto, y del ex subdirector de Operación Financiera, Luis Francisco I. Virues Hernández, por los presuntos delitos de ejercicio indebido del servicio público, hechos de corrupción y abuso de autoridad, pero los dos últimos ex funcionarios obtuvieron la suspensión de las órdenes de aprehensión mediante los amparos números 935/2019 y 967/2019. Este caso estaría por sobreseerse por el “desinterés jurídico” mostrado por la Fiscalía estatal, como parte acusadora.
Este miércoles 29, en la conferencia de prensa de Palacio Nacional, una periodista le hizo un comentario a modo al presidente López Obrador sobre el supuesto mejoramiento de la seguridad en Veracruz a partir de que la fiscal Verónica Hernández Giadáns sustituyó a Winckler Ortiz, contra el cual se giró también orden de aprehensión el 21 de septiembre de 2019 y hasta la fecha no ha sido detenido.
Como se recordará, a Winckler, junto con un par de ex fiscales y tres policías ministeriales, se les imputa el presunto delito de privación ilegal de la libertad en su modalidad de secuestro en agravio de Francisco Zárate Aviña, un ex escolta del abogado duartista Luis Ángel Bravo Contreras, su antecesor en la FGE.
Anteayer, el gobernador Cuitláhuac García afirmó a reporteros que su administración persigue de oficio a Winckler, que “no se le puede retirar por ningún motivo la orden de aprehensión” porque “está girada por un juez”, pero que el ex fiscal “ha sido muy hábil en evadir la justicia”.
Sin embargo, ese mismo día, en redes sociales circularon comentarios de que el prófugo ex titular de la FGE “anda tan campante por el exclusivo fraccionamiento Lomas de Angelópolis”, en la ciudad de Puebla, a menos de dos horas de Xalapa.
Quienes aseguran haberlo visto, dicen que Winckler anda muy quitado de la pena y que disfrazado con lentes y barba acude asiduamente a la zona llamada “Sonata”, en la plaza comercial de Angelópolis, donde con regular frecuencia desayuna en la famosa “Fonda de Santa Clara”.
Otro que sabe cómo localizarlo es el periodista Francisco Garfias, del diario Excélsior, en su columna “Arsenal” publicó el 23 de diciembre pasado un texto titulado “Golpe a Monreal, detienen a su brazo derecho”, en el que dice textualmente:
“Le pedimos al ex fiscal de Veracruz, Jorge Winckler, que nos ilustrara sobre el delito de ‘ultraje a la autoridad’. Fue muy gráfico: ‘Si yo hablo de cerca con un policía y al hablar se me sale la baba, dirán que le escupí y voy a la cárcel’.
“El ex fiscal también asoció la detención del funcionario del Senado (José Manuel del Río Virgen) con un golpe ‘muy canijo’ contra Monreal, derivado de sus comentarios sobre los abusos de poder en Veracruz.
“Winckler, quien vivió sus momentos difíciles, predijo que a la fiscal Verónica Hernández le van a cargar el pato. ‘Siempre debe haber un chivo expiatorio’, recalcó”, escribió Garfias.
¿Deveras la fiscal Hernández Giadáns no puede capturarlo o acaso será cierta la versión de que desde julio de 2018 –tras el avasallamiento de AMLO y Cuitláhuac García en las elecciones presidencial y local de Veracruz– el ex gobernador Yunes Linares buscó a través del entonces influyente mandatario de Chiapas, Manuel Velasco Coello, a la sazón presidente de la Conago, un “acuerdo” con López Obrador que hasta ahora el morenista García Jiménez estaría obligado a respetar?
