En general nunca me han gustado los días lluviosos, aun cuando me queda claro los beneficios de la tormenta que además de agua o granizo abruma con inundaciones, derrumbes o cerros que se desgajan. Si cae agua, se dificulta salir de casa, viajar al trabajo o llegar a la escuela; pero sería magnífico si no tuviéramos que enfrentar coladeras abiertas porque alguien se robó una tapa, cañerías taponadas con basura o ríos contaminados e incluso cables de todo tipo que amenazan a los caminantes, ciclistas o automovilistas debido a que la rama de un árbol nunca podado los desprendió de su frágil soporte. ¿Por qué se nos dificulta ver los beneficios del agua que el cielo nos manda? ¿Cuántos han logrado adecuar sistemas de aprovechamiento de agua de lluvia en su casa, colonias o terrenos rurales?
Ver se hace difícil en un día lluvioso, no sólo por la disminución de luz solar que resulta de gruesas nubes grises sino, por las reacciones provocadas debido al momentáneo aumento de luz debido a un rayo o distintas respuestas en cada uno de nosotros según la naturaleza celular –incluido el ADN- de cada quien. La vista es tan importante que en otras materias que no sea la oftalmología el ver se usa como forma de identificar ciertos conceptos por ejemplo en el caso de la fe, que describe a Dios como algo existente pero que no se ve. En política resulta muy evidente el poder asumir ciertas afectaciones de la psique por la reacción de quien a ello se dedica. ¿Sabemos porque Jung encontraba que quien se ríe en medio de la tragedia puede ser un histérico y hasta esquizofrénico? ¿Conocemos personas que ante el duelo –por la muerte, el cambio de domicilio[1], la desaparición de un ser querido o el inesperado hundimiento económico- en vez de llorar hacen una fiesta? ¿Por qué la visión de la realidad de estas personas es tan enfermiza?
Aun cuando las emociones afectan a los individuos, la suma de síndromes polifacéticos en cientos o miles de personas, van creando daños colectivos que facilitan la predominancia de alguien que esté verdaderamente enfermo, pero que cuente con grandes habilidades para el liderazgo, la manipulación del otro y la búsqueda no profesional del alivio de la histeria propia. ¿Lograrán varios cientos de personas aliviar sus alucinaciones y delirios al identificarse con cualquier líder que adolece de eso y más? Muchos de los que no estamos en la posibilidad de gastar millones de pesos en la compra de tiempo en los medios masivos debemos enfrentar con todo lo que supone una actitud madura, el darnos cuenta que lo objetivo es preocuparnos por la muerte y desaparición de personas incluso líderes religiosos, empresarios o académicos ¿Qué nos impide conocer los otros datos o tragarnos lo que va contra toda lógica y sin evidencia objetiva de tales afirmaciones? El remedio a males tan dañinos ¿los resolverá el líder en la neurosis obsesiva?
Un claro ejemplo de como un liderazgo sustentado más en síntomas de histeria que en razonamientos maduros, nos los ha dado el comediante, convertido por la mercadotecnia de la fama masiva en presidente de Ucrania ¿Qué le hizo pensar que contaría con el aplauso mundial? ¿De verdad creyó que como si se tratara de un capítulo más de una comedia, con solo jalarle los bigotes al tigre, todos, incluso los turcos, le aplaudirían y lo postularían a un Oscar? El joven se aceleró y pasó por alto reglas fundamentales de la geopolítica y el capitalismo y al final del día está enfrentando que: este no es un negocio de cuates, que lo primero que se pierde en una guerra es la verdad amén de las vidas, la salud, el patrimonio y todo lo que hemos visto a lo largo de los meses.
Pero aun a los más duchos, les llega su momento de ceguera ¿el poder y el dinero que ha logrado acumular el señor Putin son parecidos a las cataratas oftálmicas? ¿El no ver es solo cuestión de edad o había predisposición cuasi genética? En la enciclopedia de mi abuela otra sabia consigna se relaciona con los totalmente ciegos a los que puede guiar un tuerto hasta convertirse en rey ¿Hemos llegado en el mundo al reinado universal de los tuertos?
Sin arribar al extremo de quienes añoran enfermizamente su juventud y afirman que los tiempos pasados fueron mejores, hay algunos considerando la posibilidad de darle oportunidad a los jóvenes ¡sí! Esos menores de 40 o 50 que tienen las herramientas académicas para una mejor conducción de la vida ciudadana; esos que no encuentran el camino para una vida de felicidad armonía y justicia; esos que criamos quizá con demasiada independencia y en un sentido un tanto cuanto equivocado de lo que debe ser la libertad. El mundo a final de cuentas es de ellos más que nuestro y por lo mismo debemos tener la sabiduría de solo compartirles experiencias, lo mismo buenas que malas, con la humildad de reconocer que ya no somos los reyes del mundo, por que las desviaciones oculares de la pasividad obstruyen la posibilidad de ver con claridad. Quienes disfrutamos del horizonte que nos da el vivir en la mitad o más del séptimo piso tenemos el derecho a las vacaciones; pero eso no implica que lleguemos al punto de la marginación. Opinemos, compartamos, invitemos ¡nuestro país y descendencia lo merecen!