Posiblemente usted es una o uno de las o los automovilistas que se quejan por lo caro del peaje que se paga a la hora de transitar por la autopista de Veracruz a Xalapa. En las dos casetas que interrumpen el recorrido se cobran 119 pesos a cualquier automóvil particular: 54 en la de Plan del Río y 65 en la de La Antigua.
Sí, son las dos casetas que el candidato Cuitláhuac García Jiménez prometió que iba a cancelar si llegaba a Gobernador.
Y llegó, pero no lo hizo.
Bueno, seguramente también a usted se le hace excesivo pagar la cantidad señalada por los 100 kilómetros de autopista. Sin embargo, más injusto se le hará si toma en cuenta que quienes transitan por esa vía pagan por el uso de menos de la mitad del camino, porque prácticamente un 60 por ciento de la autopista es libre de cuota.
Los 54 pesos que usted abona en Plan del Río son solamente por el disfrute de los 16 kilómetros del libramiento, y los 65 pesos de La Antigua se cobran por 24 kilómetros de la salida de Cardel a la entrada de Veracruz. En la primera, que es de una empresa particular, el costo es de 3.38 pesos por km y en la segunda, operada por Capufe, de 2.70.
Hay que decir que de los 60 kilómetros restantes usted paga una cuota invisible, porque las condiciones de la carpeta están para llorar por falta de mantenimiento, y su vehículo sufre en las llantas y en los amortiguadores por los cráteres que hay en la carretera (a ver si no se enoja el Presidente conmigo porque digo esto). En particular, de la salida del libramiento de Cardel a la entrada a la desviación de Plan del Río, la ¿autopista? es un riesgo no calculado. Esta vía tiene un tráfico intenso, sobre todo de tráileres, camiones y pipas, y cualquier bache puede hacer que los gentiles choferes de una de esas moles puedan perder el control y terminen invadiendo el carril por el que algún otro vehículo pretenda pasar. Ya se han dado casos varios ocasionados por este peligro.
A los problemas del asfalto hay que añadir los de la falta de una señalética adecuada. El camino tiene varias zonas de neblina o de lluvia pertinaz, con lo que la visibilidad puede ser mala a cualquier hora del día o de la noche, y hay muchos kilómetros que no tienen raya blanca bien definida. Y ya no se diga de otras señales luminosas como fantasmas o semáforos.
Un problema que tiene esta autopista es también el de los topes. Hasta donde sabemos, las autopistas deben estar libres de esos impedimentos del camino, y en el tramo de Tamarindo hay una buena cantidad, que encima no están advertidos convenientemente, por lo que muchos vehículos se dan de topes en ellos (literalmente).
Lo mejor sería que la autopista Veracruz Xalapa estuviera en condiciones excelentes, magníficas, exultantes, como corresponde a una de las vías más importantes del estado más importante de México.
Los veracruzanos y los xalapeños y todo el turismo jicamero que la recorre se lo merecen… y hasta los traileros.
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