Prefacio.
El gobierno no se cansa de afirmar que la incidencia delictiva en la entidad ha bajado y que los homicidios son cada vez menos. No es cierto. * Este lunes por la mañana, los cuerpos sin vida de tres hombres arrojados en la carretera estatal que conduce a la comunidad Rancho Nuevo, cerca de Cruz de Tetela, en el municipio de Omealca. Los cuerpos mostraban huellas de tortura. * El recuento que hace de manera sistemática la organización civil “Causa en Común”, ubicó a Veracruz como la entidad con el mayor número de víctimas de hechos de violencia extrema y de alto impacto durante los primeros seis meses del año. * En su reporte “Galería del horror: atrocidades y eventos de alto impacto”, esa organización reportó que, de enero a junio, Veracruz acumuló 130 hechos de violencia extrema o casos de alto impacto. * Los estados con más víctimas de atrocidades registradas durante el periodo fueron Veracruz, con al menos 899; Chiapas, con 704; Chihuahua, con 404; Guanajuato, con 253; y Baja California, con al menos 322. * En su reciente visita a Veracruz, la senadora Beatriz Paredes habló de los proyectos que pueden lanzar a Veracruz a mejores condiciones económicas y sociales. Aclaró, sin embargo, que nada de eso se podrá conseguir si el Estado no resuelve una asignatura pendiente: la seguridad.
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Una de dos: o José Luis Lima Franco es un verdadero mago de las finanzas, o no es otra cosa que un bribón que se aprovecha del desconocimiento en materia de finanzas públicas del gobernador Cuitláhuac García.
Apenas en noviembre del 2022, durante la glosa del informe anual de gobierno, el secretario de Finanzas admitía que durante la actual administración no se iba a reducir la deuda pública estatal. Que, sin embargo, frenar su ascenso sería un logro que ninguna de las últimas administraciones había conseguido.
Pero nueve meses después, muy orondo, el gobernador salió a asegurar que para cuando se haya cumplido el quinto año de su sexenio la deuda pública de Veracruz se habrá reducido en un 23%, esto es -según las cifras que le pasaron- en 20 mil 303 millones de pesos.
La deuda actual de Veracruz, en estos momentos -dijo- es de 66 mil 904 millones de pesos.
Es cierto que con Cuitláhuac García hay que tener algunas reservas cuando se refiere a temas que él claramente no domina. Son numerosos los ejemplos de los gazapos en los que ha incurrido cuando habla sobre temas jurídicos, y tan lego es una materia como en la otra.
Fue, sin embargo, el propio secretario de Finanzas, José Luis Lima, quien dio a conocer que al inicio de la actual administración -en diciembre del 2018- la deuda pública de Veracruz era de 87 mil 207 millones de pesos, cifra “compuesta por deuda bancaria, con el SAT y con el ISSSTE, además de las cuentas de orden de fideicomisos, bonos cupón cero y cuentas en validación”.
De los 66 mil 904 millones de pesos que conforman la deuda pública actual, 56 mil 323 millones de pesos corresponden a deuda bancaria, mientras que el resto (10 mil 581 millones de pesos) forman parte de los pasivos en fideicomisos, bonos cupón cero y cuentas en validación”.
Pero no es el caso que el responsable del erario estatal nos venga a decir que ya debemos menos, sino que nos explique cómo le hizo, porque las cuentas no son tan sencillas.
Para empezar, el gobierno estatal mantiene el déficit presupuestario que inició en la administración de Miguel Alemán y siguió en los siguientes gobiernos. Esto es, que el gobierno estatal gasta más dinero del que ingresa.
Para reducir dicho déficit sólo hay dos fórmulas: o gastas menos, o ingresas más. Ninguno de esos dos escenarios se ha dado en el actual gobierno pues, aunque no ha hecho obra, ni invertido en proyectos productivos, sí ha devuelto buena parte del recurso destinado a Veracruz, por la vía del subejercicio.
Esa es una trampa financiera que aplican desde el 2019 el gobierno federal y los gobiernos estatales surgidos de Morena: La Federación les pone a sus estados una “cuota”, que es el monto que deben regresar cada año como subejercicio, pues esos fondos, al reingresar a la Secretaría de Hacienda, pasan a una cuenta “de libre disposición”, con lo que se brincan los filtros que ponen tanto el Congreso de la Unión como la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Para cubrir ese déficit presupuestal, en otras administraciones utilizaban aquella trampa conocida como “la licuadora”, esto es, que se tomaban recursos “etiquetados” del gobierno federal, se depositaban en una “cuenta concentradora” y de ahí se derivaban a otros objetivos distintos a los originales.
Esta administración cambió la “licuadora” por los créditos quirografarios, esto es, de corto plazo, con el compromiso de pagarlos antes de que concluya la actual administración. Para el mes de noviembre del presente año, este gobierno debe saldar al menos mil millones de pesos de dichos créditos.
Y, finalmente, el doble discurso: José Luis Lima Franco presume la “disciplina financiera” del actual gobierno y pone como muestra de ello, las calificaciones positivas de las casas calificadoras las que -asegura- “permiten al estado tener una mejor imagen ante bancos o instituciones crediticias, así como dar confianza plena del manejo de los recursos públicos”.
Esas mismas calificadoras que apenas la semana pasada el presidente López Obrador de “tecnócratas marrulleras”.
Cuando se le cuestionó al presidente por la baja en las calificaciones para Pemex, respondió:
“Es una burla todo esto de las calificadoras; son calificadoras que actúan en función de intereses y lo peor de todo es que se les tiene que pagar. Desde luego está muy difícil ganarles a los leguleyos de las calificadoras, son tecnócratas marrulleros que seguramente van a decir ‘sí, pero hay otras variables’”.
Un consejo: no suban al gobernador a defender temas de finanzas públicas, no es lo suyo.
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Epílogo.
Las fuertes lluvias que se registraron en el sur de la entidad los últimos días dejaron severos daños en 14 municipios. * Las secretarías de Protección Civil y Seguridad Pública del estado, en coordinación con el Ejército Mexicano (Plan DN-III) trabajan en seis municipios que fueron los más afectados. * Los municipios con daños por estas lluvias fueron Minatitlán, Cosoleacaque, Nanchital, Ixtaczoquitlán. Moloacán, Atzacan, Pajapan, Alvarado, Zongolica, Ixhuatlán del Sureste, Las Vigas, Acayucan, Xalapa y Huatusco. * Y la gente se pregunta: ¿dónde quedó el Fondo Nacional para Desastres Naturales (Fonden)?
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