El mensaje del Presidente
Arturo Reyes Isidoro
Prosa Aprisa
2014-04-11
El ejemplo comenzó por casa: se detuvo primero a un priista en funciones, en muy alto cargo, y luego se procedió contra un perredista también en funciones, en cargo igualmente relevante.
El presidente Enrique Peña Nieto (todo lo demás es pura formalidad) ordenó aprehender al secretario de Gobierno de Michoacán, Jesús Reyna García, del PRI, por presuntos nexos con el grupo delincuencial “Templarios”, y luego al alcalde de Cuetzala del Progreso, Guerrero, Feliciano Álvarez Mesino, del PRD, por presuntos nexos con el narcotráfico.
La acción estuvo bien calculada. No se puede acusar al gobierno peñista de haber procedido sólo contra la oposición, de haber actuado con sentido partidista, cuando empezó por su propio partido.
Se ha tratado de una acción firme y decidida en contra de la impunidad oficial, de combate a la delincuencia organizada, pero también de enviar un mensaje al resto de los gobernantes y funcionarios del país que actúan fuera de la ley o que permiten que sus colaboradores lo hagan.
El caso de Michoacán es muy ilustrativo. Peña ha sostenido contra viento y marea a un gobernador de papel, Fausto Vallejo Figueroa, un buen tiempo fuera físicamente del cargo por enfermedad, y otro porque aunque está es como si no estuviera.
El presidente no ordenó destituirlo, pero ante su ineficacia y su inutilidad lo suplió con un “comisionado” de sus confianzas, Alfredo Castillo Cervantes, que es quien realmente lleva el poder, y pasa sobre Vallejo y sin avisarle lo que hará, le detiene a su secretario de Gobierno.
Se nota que Peña Nieto no le tiene confianza, pues no le corrió la cortesía institucional de avisarle que detendría a su colaborador. Según declaró el títere en funciones de ejecutivo estatal, se enteró de lo que realmente estaba pasando hasta que lo vio y escuchó en el noticiero de Joaquín López Dóriga.
Es el estilo de gobernar, de ejercer el poder, del mexiquense.
Para tener una mejor imagen o una equivalencia de la magnitud de la decisión de Peña, es como si ordenara detener a Erick Lagos Hernández y no le avisara a Javier Duarte de Ochoa, y todavía lo agarrara de ingenuo pidiéndole que lo citara en su despacho porque funcionarios de la PGR quieren platicar con él.
Algo que no se debe perder de vista es que en los dos casos, el Gobierno federal, el Presidente, actuó con base en la información que obtuvo y corroboró a través de “inteligencia”, que no es otra cosa que funcionarios federales que trabajan en cada estado con una lupa del tamaño y la potencia de un telescopio, que escuchan, graban, filman y registran los pasos de todos los funcionarios, que no ignoran lo bueno y lo malo que está haciendo cada uno, y que reportan, en el caso de Veracruz, por ejemplo, a su jefe del Cisen y al delegado de la Secretaría de Gobernación, y estos, a su vez, a Gobernación y a Los Pinos.
No se cree que los casos de Reyna García y de Álvarez Mesino vayan a ser los únicos, por lo que, al menos eso creo, el presidente Peña está advirtiendo ya a los gobernadores del país que si no actúan y proceden contra malos funcionarios, pasará por encima de ellos y él lo hará y los exhibirá públicamente.
En el caso de Veracruz, esta prueba que aplica el Presidente encuentra terreno fértil para ser aprobada y hasta con mención honorífica con el caso de las empresas constructoras denunciadas por fraude, si se sostiene la acusación, si se va a fondo en la investigación, si se procede recuperando el dinero que se pagó y no se invirtió, o enviando a prisión a los responsables, pero, también, si se actúa en contra de los funcionarios que permitieron el fraude o estuvieron coludidos con los defraudadores.
Está documentado que los fraudes detectados se empezaron a cometer desde 2007, o sea, desde hace siete años, y no hay explicación lógica cómo fue posible que los contralores internos de la entonces Secretaría de Comunicaciones no se percataron de nada e incluso aceptaron que se dieran por concluidas obras que ni siquiera se comenzaron. Para que ello fuera posible, forzosa y necesariamente se tuvieron que firmar actas en las que deben constar nombres y firmas. Los titulares entonces de la Contraloría General del Estado fueron Clara Luz Prieto Villegas e Iván López Fernández, responsables por omisión o por comisión. No vigilaron, o se hicieron de la vista gorda, y menos denunciaron.
Desde agosto-septiembre del año pasado cuando estalló el escándalo, siempre se dijo que las denuncias habían sido presentadas ante la Procuraduría General de la República. El martes hace tres días, cuando el titular de la ahora Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas, Gerardo Buganza Salmerón, exhibió ante la prensa las pruebas de las acusaciones, por primera vez se supo (o al menos yo no lo había advertido) que también existen denuncias ante la Procuraduría General de Justicia del Estado.
Acaso a ello se deba que, según me aseguró un funcionario, la Contraloría General del Estado, ahora con su nuevo titular Mauricio Audirac Murillo, sí está investigando también y está llamando a declarar a ex funcionarios que pudieran estar involucrados, no se sabe si para actuar o sólo para tener integrados los expedientes para usarlos en caso de ser necesario como por ejemplo si la Federación decidiera actuar, para no verse mal acá.
Pudo haber sido casual, pero en medio de todo esto, llama también la atención la relevancia informativa que se dio el pasado 2 de abril al nombramiento que hizo el procurador general de Justicia, Luis Ángel Bravo Contreras, de Alberto Linares Vernet, un ex fiscal federal, como nuevo coordinador de Agentes del Ministerio Público Especializados en Delitos Cometidos por Servidores Públicos.
¿Lo nombraron sólo para darle chamba? ¿Lo llevaron al cargo por su experiencia, para que actúe? ¿Van a darle a esa oficina la importancia que nunca ha tenido, que hasta ahora no ha sido más que una fachada más en el directorio de la PGJE? ¿Es que se esperan denuncias de la Contraloría?
El Presidente está actuando, y marcando la ruta a seguir. Dice el dicho que sobre aviso, no hay engaño. ¿El próximo 21 de abril, cuando venga al estado, se le entregarán varias cabezas como testimonio de que se le secunda, y, de paso, para ganar una estrellita en la frente? La oportunidad para sumar y acumular puntos se presenta y es inmejorable.